Los mediadores internacionales continúan sus esfuerzos por acordar una tregua en la Franja de Gaza entre el movimiento islamista palestino Hamas e Israel, que hoy volvió a bombardear la superpoblada ciudad de Rafah, última del enclave que no ha sido invadida por tropas terrestres y donde se refugian 1,4 millones de palestinos.
Para intentar salir del impasse en las discusiones, el consejero del presidente estadounidense Joe Biden para Medio Oriente, Brett McGurk, estuvo este jueves en Israel luego de su visita la semana pasada a Egipto.
Israel y Hamas mantienen conversaciones de forma indirecta, a través de la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, para negociar un nuevo cese del fuego que permita el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos como el que alcanzaron durante una semana a fines de noviembre.
La semana pasada, los negociadores mantuvieron reuniones en El Cairo a las que asistieron el jefe de la CIA, la central de inteligencia de Estados Unidos, William Burns, y David Barnea, el jefe de la agencia de espionaje israelí Mossad.
Una delegación de Hamas, que incluyó al jefe del Buró Político de Hamas, Ismail Haniyah, también estuvo en la capital egipcia.
Sin embargo, este impulso a una nueva tregua por el momento no prosperó. En ese contexto, McGurk se reunió este jueves con el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
«Ampliaremos la autoridad otorgada a nuestros negociadores para la liberación de rehenes. Al mismo tiempo, las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) están preparando la continuación de intensas operaciones terrestres» en Gaza, citó a Gallant un comunicado de su oficina.
Israel podría definir a última hora de este jueves si envía un equipo de negociación a París para una nueva ronda de conversaciones durante el fin de semana, según dijo un funcionario israelí al diario The Times of Israel, a medida que los informes señalaban una mayor flexibilidad de las condiciones de Hamas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también tenía previsto reunirse con McGurk este jueves por la tarde para tratar las negociaciones.
Tregua de seis semanas
La primera fase de este plan prevé una tregua de seis semanas, un canje de rehenes por presos palestinos detenidos en Israel y la entrada a Gaza de convoyes de asistencia humanitaria.
Más tarde, por la noche, está previsto que se reúna el gabinete de guerra, seguido del gabinete de seguridad nacional en pleno.
También este jueves, Mousa Abu Marzouk, alto cargo del brazo político de Hamas, expresó su confianza ante la posibilidad de nuevo acuerdo entre las partes, aunque condicionó la liberación de los rehenes israelíes a la de 500 palestinos que se encuentran en prisión en Israel.
El referente de Hamas dijo también que no barajan la posibilidad de liberar a los rehenes a cambio de evitar la anunciada operación en Rafah y advirtió que «la resistencia allí está más preparada», pues «no participó en batallas hasta ahora», según dijo en una entrevista con la cadena árabe Al Ghad.
«Pagaremos el precio» por establecer plenamente un Estado palestino, agregó.
Hamas reclama un cese del fuego, el retiro de las tropas de Israel de la Franja de Gaza, el fin del bloqueo israelí impuesto desde 2007 y la creación de zonas seguras para las centenas de miles de desplazados por la guerra.
«Queremos que se alcance un acuerdo (…) lo más rápido posible», declaró por su parte el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller.
Netanyahu podría hablar con el enviado de Washington sobre una inminente operación de las FDI en Rafah, a la que la Casa Blanca se opone.
El premier se encuentra sometido a presiones también de otros mandatarios y ONGs internacionales para frenar una posible ofensiva terrestre contra esa ciudad, que concentra a gran parte de los desplazados internos por la guerra en Gaza, donde ya son 29.410 los fallecidos, en su mayoría mujeres y niños, según el último balance del Ministerio de Salud del enclave.
La cifra de población en Rafah corresponde a más de la mitad de la población de Gaza, por lo que se teme que una ofensiva militar provoque enormes bajas de civiles.
La ofensiva israelí, que inició luego de los ataques de Hamas del 7 de octubre en Israel en los que mataron a 1.200 personas y secuestraron a cerca de 240, entre ellas una veintena de argentinos, está centrada en la etapa actual en el sur del enclave palestino, luego de haber iniciado por el norte del territorio.
El sábado, Netanyahu aseguró que abstenerse de entrar en Rafah implicaría «perder la guerra» contra Hamas.
El Gobierno israelí asegura que en la zona se halla uno de los últimos bastiones de Hamas.
La aviación israelí llevó a cabo en la noche del miércoles una decena de bombardeos contra Rafah y Khan Yunis, unos kilómetros más al norte.
Crisis humanitaria
Atrapados por los combates desde hace más de cuatro meses, los gazatíes están sumidos en una grave crisis humanitaria. Según la ONU, 2,2 millones de los casi 2,4 millones de habitantes del territorio están amenazados por la hambruna.
La situación humanitaria es especialmente alarmante en el norte del territorio, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que el martes se vio obligado a suspender el envío de ayuda por la «violencia» y el «caos» que imperan allí.
El Parlamento israelí aprobó este miércoles por amplia mayoría una resolución propuesta por Netanyahu contra cualquier «reconocimiento unilateral de un Estado palestino», que según el texto equivaldría a recompensar «el terrorismo sin precedente» de Hamas.
La votación se llevó a cabo pocos días después de que The Washington Post asegurara que Estados Unidos y varios países árabes elaboraban un plan global de paz con un calendario para la fundación de un Estado palestino cuando concluya la actual guerra entre Israel y Hamas en Gaza.
En Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, tres palestinos abrieron fuego con armas automáticas el jueves contra vehículos en un atasco cerca de una colonia israelí cerca de Jerusalén, dejando un muerto y ocho heridos, según la policía israelí.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Télam
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