KARINA MILEI AFIANZA PODER POLÍTICO: SU ASCENDENCIA SOBRE EL PRESIDENTE, LA CRISIS INTERNA Y EL FACTOR MACRI
Fue la autora intelectual de la salida de Oscar Zago como jefe de bloque en Diputados. Las similitudes en la ciudad y provincia de Buenos Aires. Su rol político y el plan 2025
No le hizo faltar estar en Buenos Aires para exhibir, de nuevo, su nivel de injerencia y su influencia cada vez más decisiva en la toma de decisiones, aún a costa de un creciente malhumor interno. Desde Miami, pegada al Presidente, que viajó para recibir una distinción y disertar en la Universidad Internacional de Florida antes de reunirse con Elon Musk, pilotear un avión de combate y volar a Dinamarca para encontrarse con la primer ministro de ese país, Karina Milei ejecutó su última demostración de poder. Con su aval, incluso en contra de lo que, según Oscar Zago, había resuelto Javier Milei, Martín Menem, el presidente de la Cámara baja -un delfín de la secretaria general de la Presidencia- desconoció a Marcela Pagano como titular de la comisión de Juicio Político, desautorizó y desplazó al diputado de la jefatura del bloque de la Libertad Avanza en Diputados, y dejó al Gobierno en una inédita crisis parlamentaria que se replica en varios distritos.
En todos, con el mismo sello: la autoría intelectual de la funcionaria más influyente del esquema de poder libertario. “Es, por lejos, la mujer más poderosa del país”, exageró ayer ante Infobae un dirigente del espacio que en algún momento sintió, y sufrió, el rigor de la hermana del jefe de Estado.
Karina Milei despliega sobre su hermano una ascendencia notable. Por algo su apodo, “El jefe”, que el propio mandatario le blanqueó, entre risas, hasta en la charla mano a mano que mantuvo en diciembre en Casa Rosada con Volodimir Zelensky, su par de Ucrania, en medio de la asunción presidencia.
“Milei y Karina son lo mismo. Piensan igual. No se puede estar bien con él sin estar bien con ella”, opinó un colaborador libertario.
La lista de dirigentes que cayeron en desgracia por la aversión de la secretaria General es extensa. Zago y Pagano son los últimos, pero ya habían sufrido su destrato desde Ramiro Marra hasta Carlos Kikuchi, dos de los principales armadores de LLA desde su fundación. Victoria Villarruel también la padeció. Lo admitió ella misma en la entrevista de hace algunas semanas con TN. “Tiene mucho carácter, pero yo también, y las dos queremos lo mejor para Javier”, dijo. La vicepresidenta tiene poquísima interacción con la Casa Rosada, con excepción del ministro Guillermo Francos.
La crisis en Diputados de las últimas horas en torno a la salida de Zago y la polémica por la conformación de la comisión de Juicio Político ya había tenido su correlato en la Legislatura porteña y en los bloques del Senado y Diputados bonaerense.
En CABA, la Secretaria General se inmiscuyó personalmente en el bloque libertario para forzar a Marra a que deje la jefatura del bloque en manos de Pilar Ramírez, una legisladora de extrema confianza de la funcionaria con pasado en el anterior gobierno. Ramírez es pareja de Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación, una entidad en la que Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem -su mano derecha- y el presidente de la Cámara baja tienen especial interés.
Corrido de la conducción del bloque -partido en los hechos, el quiebre de la bancada porteña aún no se materializó en los papeles-, “El Jefe” había intentado que Marra no fuera incluido por el Presidente en el consejo de asesores económicos liderado por Demian Reidel. “Es mi amigo”, lo rescató Milei al legislador por televisión cuando anunció la creación del consejo asesor. En el entorno de Marra explicaron que nunca entendió las razones de la hostilidad de la funcionaria, a pesar de que circularon una serie de versiones de las más variadas.
En la provincia de Buenos Aires, en ambos bloques, en el Senado y en Diputados, LLA se partió en dos. El caso de la Cámara alta es más singular porque Kikuchi, un dirigente del sistema que formó su propio bloque junto a Sergio Vargas y Paola Ventura, fue una pieza central en la campaña libertaria del año pasado. Uno de los primeros armadores. Por el contrario, la funcionaria ponderó a Sebastián Pareja, enfrentado con ese sector, de su riñón, al que nombró en el gabinete nacional.
En el caso de Zago, la relación ya estaba deteriorada desde hacía meses. “Hay cero diálogo, hace mucho”, explicaron cerca del ex jefe de bloque que ahora deberá resolver, al igual que Pagano, cómo será de ahora en más la convivencia entre los libertarios.
Karina Milei forjó con los Menem una relación muy estrecha; tanto que se llevó a “Lule” a trabajar junto a ella a la Casa Rosada. La funcionaria entendió que Zago promovía desde hace tiempo operaciones para desgastar a Martín Menem en la Cámara baja. E impulsaba a Cristian Ritondo, el jefe del bloque PRO en Diputados, con el que se conoce desde hace años cuando compartieron proyecto político en la Ciudad, en su reemplazo. En el PRO dan cuenta de que en la campaña, incluso antes de que Milei diera el batacazo en las elecciones primarias, el libertario le había prometido a Ritondo ese lugar.
A Karina Milei, ese tándem y los trascendidos en torno a movimientos internos para deteriorar la figura de Menem le dieron argumentos suficientes para acelerar la avanzada sobre Zago y provocar en el bloque libertario una crisis que vuelve a desorientar a los bloques aliados y a la oposición, por el llamativo sistema de toma de decisiones del gobierno. Agravado, en este caso, por las negociaciones en torno a la Ley Bases que, en teoría, la Casa Rosada quiere tener aprobada antes de fin de mes.
También por las tratativas que se multiplican en estos días por la nominación, por parte de Diputados, de los tres auditores que deben incorporarse a la Auditoría General de la Nación (AGN). El radicalismo ya resolvió que, en su caso, el candidato es Mario Negri, que fatigó despachos en estas semanas en la Ciudad y que consiguió el aval interno: se terminó de convalidar en una cena que tuvo lugar este miércoles por la noche. En el caso de LLA, trascendió que Santiago Viola, que reporta a Karina Milei y a Santiago Caputo, podría ser ungido por la Casa Rosada. Se habló la semana pasada en una reunión que el consultor Caputo mantuvo con Miguel Ángel Pichetto. Hasta anoche, sin embargo, aún no estaba claro si el bloque libertario podrá imponer un postulante.
A la secretaria general de la Presidencia no le importan las consecuencias de sus jugadas. Tampoco el potencial daño interno. Es implacable en sus decisiones. No repara en el costo político. No le interesa que en los corrillos se machaque con su inexperiencia política. El que no está alineado con el proyecto o, peor aún, pone en duda la ejecución de las decisiones, tiene que dejarle el lugar a otro, alineado con la jefatura.
“No construye, y tampoco amplía”, se desahogó en estas horas uno de los damnificados. Puertas adentro de LLA hay un creciente fastidio por la falta de interlocutores y de operadores, y por la ineficacia de algunos de ellos. “No tenemos con quién hablar”, se quejan de manera subterránea.
Ese empoderamiento de la funcionaria más poderosa del gobierno, que integra la tríada en la que se resuelven los lineamientos principales de la gestión, la política y la comunicación junto al Presidente y al estratega Caputo, se extendió además en estas últimas semanas a la construcción política en todo el país: Milei está abocada a la necesidad de obtener la personería legal y jurídica de La Libertad Avanza en las provincias.
Ese rol la llevó, el pasado domingo, a desembarcar en la ciudad de Buenos Aires, el bastión insignia del PRO, con una puesta en escena que el espacio fundado y presidido ahora por Mauricio Macri tomó como una afrenta directa. Jorge Macri, que se encamina a liderar formalmente el partido en su versión porteña, preguntó en su mesa chica si era conveniente salir a responderle públicamente. “Hay que mirar y esperar”, le sugirieron.
Los Macri están expectantes con ese desembarco y la potencial fusión entre el PRO y LLA de cara a las elecciones legislativas del próximo año, e incómodos con el estilo de gobierno libertario y, en particular, con la ostentación de poder de la que hace gala la secretaria General de la Presidencia. Una condición que irrita especialmente al ex presidente.
Altas fuentes macristas le confiaron a este medio que hace varios días Milei y Macri tuvieron una conversación que siempre está atravesada por el respeto personal pero que, en este caso, incluyó una discusión en torno al rol de la hermana del jefe de Estado.
El ex presidente se había reunido con ella y con Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, en Olivos, para tratar de influir en la incorporación de algunos cuadros técnicos, un pedido que el ex mandatario ya formuló en privado en reiteradas oportunidades. En el macrismo están convencidos que tanto la secretaria General como Caputo, el consultor, obturan cualquier incorporación amarilla. Patricia Bullrich, enfrentada a Macri, hace rato dejó de pensar como una dirigente del PRO.
En ese contexto, llamó la atención que Alejo Maxit, que estaba en Trenes Argentinos Infraestructura -un área del Estado con fuerte presencia massista-, que trabajó en la ANSES durante la presidencia de Macri y que tiene una relación muy fluida con Jorge Triaca, muy cercano al ex mandatario, fuera designado este jueves al frente de AYSA. Avalado por Mauricio González Botto, un tecnócrata a cargo de la Secretaría de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete.
Macri desconoce la designación de Maxit. Es, al menos lo que le aseguró a su entorno: explicó que el funcionario no llegó por él. En los últimos días, el ex presidente estuvo pendiente del torneo sudamericano senior de Bridge que disputó en Cali, Colombia, y del que se coronó campeón junto al equipo argentino. El ex jefe de Estado se enteró del trofeo en Buenos Aires: volvió unos días antes al país para acompañar a Juliana Awada en su festejo de 50, en la fiesta que la ex primera dama organizó en la quinta familiar Los Abrojos.
Tanto Macri como el sistema político en su totalidad ya asimilaron la magnitud del poderío de Karina Milei y su fenomenal influencia en el Presidente y la toma de decisiones. Es, además, el sostén emocional del jefe de Estado. Cuando trabaja en Casa Rosada, lo hace muchas veces directamente en la oficina del mandatario, a su lado. Vive, además, a muy pocas cuadras de la Quinta de Olivos.
Un ejemplo de su ascendencia sobre Milei lo graficó en estos días un productor de televisión. En el 2021, antes de que el mandatario entrara a la Cámara de Diputados, su hermana lo acompañó a una de las entrevistas que tenía pautadas en un canal. Siempre lo hacía. Desconocida por entonces, la producción preguntó, al verla, de quién se trataba: “Es su hermana, es los ojos de Milei”, aclaró una colaboradora. Durante el reportaje, la hermana del mandatario se sentó detrás de cámara: no le sacó la vista al conductor el tiempo que duró la nota. Al final, ya fuera del aire, ella se acercó a su hermano. Le dijo: “(El periodista) Te miró bien”.
FUENTE: INFOBAE
RIVERO. C
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