El Congreso de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que prohíbe que la Reserva Federal cree su propia moneda digital
El Mundo
El pasado jueves 23 de mayo, la Cámara Baja estadounidense le dio media sanción a un proyecto en el cual se garantiza que la Reserva Federal (FED) no tenga la potestad de emitir su propio criptoactivo. De esta manera, muere la idea de una dólar digital, que tanto preocupaba a los libertarios en Estados Unidos por su capacidad de monitoreo y accionamiento contra la sociedad.
El proyecto ahora deberá ser tratado en el Senado en las próximas semanas y existe gran expectativa en cuanto al voto de algunos senadores demócratas que podrían apoyar la ley, y aquellos que abandonaron las filas de los demócratas, como es el caso de Krysten Sinema de Arizona.
Liderado por el representante republicano del estado de Minnesota, Tom Emmer, la Cámara Baja aprobó por medio de 216 votos a favor frente a 192 votos en contra el proyecto que busca la libre competencia de criptoactivos, consiguiendo que 3 diputados demócratas acompañaran el proyecto.
Los representantes demócratas que acompañaron los esfuerzos del Partido Republicano fueron Jared Golden (Maine), Mary Peltola (Alaska) y Marie Gluesenkamp Perez (Washington).
El proyecto de ley denominado «CBCD Anti-Surveillance State Act» o H.R. 5403, comprende entre otras cosas la imposibilidad de que la Reserva Federal estadounidense emita dicho activo digital en el sustento de las tareas del Banco Central, además de garantizar que el mercado de las criptomonedas no sea regulado.
En los últimos años, la emisión de activos digitales ha tenido un grado de popularidad enorme en el mundo, principalmente con la aparición de aquellos más populares como lo fueron las criptomonedas Bitcoin, Ethereum y Dogecoin entre otras, pero que son de origen privado, no estatal ni centralizado.
Así, con la aparición de los mencionados activos y el crecimiento en su popularidad, los gobiernos alrededor del mundo buscaron regular ese mercado y esa tendencia parece haber llegado recientemente a Estados Unidos.
Con la llegada de Biden al poder sumado a su buena relación con el presidente de la FED, Jerome Powell, el banco central de los Estados Unidos buscó inmiscuirse en un mercado que no necesita ser regulado, por lo que desde la Cámara Baja se originó este proyecto para mantener este mercado de manera liberada.
En primer lugar, el proyecto delimita las funciones de la Reserva Federal, aclarando que la misma no puede incurrir en el ofrecimiento de productos y servicios de manera directa a particulares en los Estados Unidos, de la misma manera que no puede emitir ningún tipo de activo digital con el sello propio del Banco Central que esté dirigido a particulares.
Del mismo modo, las intenciones de la Reserva Federal también incluían la participación de los bancos comerciales para poder ofrecer dicha moneda digital de origen estatal a través de canales privados, significando un método indirecto de distribución del hipotético criptoactivo, pero el proyecto liderado por Emmer se anticipó a esta posibilidad y estableció que no se permitirá el ofrecimiento de cualquier activo digital emitido por la FED a través de canales bancarios secundarios o financieras que estén destinados a particulares.
La premisa de las monedas digitales desde su comienzo fue la promesa de que su emisión se encontraría limitada con el objetivo de no generar desvalorización de la misma (lo cual trasladado a una moneda de curso legal se traduciría en inflación), sumado al hecho de que en su generalidad es utilizado como un activo de inversión y su popularidad y utilización como medio de pago o moneda como medio de cambio es casi nula.
La intención de la Reserva Federal (al igual que otros bancos centrales que buscan la emisión de un criptoactivo propio) es la competencia entre estas y el actual sistema de moneda FIAT, lo cual generaría una gran desvalorización a futuro de la nueva criptomoneda por parte del banco central (debido a la alta demanda contrarrestada por el caudal de oferta a través de la emisión que la FED debería realizar), desvalorizando a su vez el Dólar Estadounidense en respuesta a la conversión de la moneda a activo digital.
Así como a nivel federal, la legislación aprobada en el Congreso también se extiende a los bancos centrales de los distintos estados, señalando a la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal y al Comité de Operaciones de Mercado Abierto del mismo, que la misma instrucción de no emitir activos digitales propios del Banco Central estadounidense, rige también para los bancos centrales estatales para ser utilizado como herramienta de la política monetaria.
Ya habiendo sido tratada en el Congreso, con el tratamiento y la aprobación del Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja, ahora el proyecto deberá dirigirse al Senado en donde el panorama parece más complicado, debido al gran control del Partido Demócrata de la Cámara Alta, por lo que los senadores republicanos deberán negociar con aquellos demócratas que se perfilen más afines al proyecto.
Otro aspecto que los senadores republicanos deberán tener en cuenta al momento del tratamiento del proyecto, es la influencia que puedan tener en aquellos senadores independientes que puedan representar un voto a favor del proyecto, como los casos de Krysten Sinema (quien abandonó el Partido Demócrata recientemente) o Angus King.
Del mismo modo también deberán buscar el apoyo de Joe Manchin, quien se ha mostrado muy cercano en muchas ocasiones a las votaciones del Partido Republicano.
Si la legislación es aprobada en el senado, el proyecto deberá llegar al despacho del presidente Joe Biden, quien deberá aprobar o vetar en un escenario en el cual todavía la incertidumbre juega un papel crucial, ya que todavía ni el ni el gabinete se han expresado frente a la votación resultante en el Congreso.
Quienes sí se han expresado han sido el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien se ha mostrado de acuerdo con el proyecto de ley asegurando que la idea de emitir una moneda digital por parte del Banco Central nunca fue considerado. Powell afirmó que en el caso de que dicho suceso alguna vez se presente, será realizado a través del sistema bancario y no de forma directa.
También la representante demócrata de California, Maxine Waters, quien se desempeña como la representante principal del Partido Demócrata en el comité financiero del Congreso, se mostró en desacuerdo con la legislación aprobada señalando que se trata de un atraso en la innovación para usos gubernamentales de parte de los activos digitales.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario
Los comentarios están cerrados.