Venezuela: Javier Milei manda a Diana Mondino a la OEA para desconocer resultado
Cumbre de la OEA en Washington
En Washington, el gobierno de Javier Milei iba a estar representado solo por Sonia Cavallo, la embajadora ante la OEA que fue designada en mayo a través de un decreto firmado por el Presidente y por Diana Mondino. Sin embargo, esta tarde llego la orden de Casa Rosada para que Mondino viaje en persona a Washington para encabezar ese encuentro.
Cavallo, hija del exministro de Economía de Carlos Menem, está instalada en Washington hace años donde se desempeñaba como profesora de Economía en la Catholic University of America. Esta economista egresada de la Universidad de San Andrés con un posgrado en en Harvard reemplazó a Daniel Raimondi.
“En la OEA, tengo el claro mandato de asumir un rol activo en defensa de la libertad. La libertad para nosotros significa que cada persona, sin coacción, siguiendo su conciencia, pueda tomar sus propias decisiones y dentro de la ley – pero una ley simple, clara y pareja para todos– y sin ser asfixiado por las regulaciones, pueda contribuir con su trabajo, su capital, sus ideas, sus innovaciones al desarrollo de la sociedad donde vivimos”, dijo. «La canciller Diana Mondino, me ha pedido que defienda estos principios en este foro hemisférico”, expresó la embajadora ante la OEA en su acto de asunción junto al titular del organismo, Luis Almagro.
El plan de Javier Milei
La crisis diplomática con Venezuela escaló aún más con el intento de toma de la embajada de Argentina en Caracas que dejó al gobierno de Nicolás Maduro al borde de la violación de la Convención de Viena. Tanto que, como reveló Ámbito, el gobierno de Javier Milei no descarta incluso la ruptura de relaciones diplomáticas, una medida extrema que el país no adopta en materia de política exterior desde 1986.
Se trata de una medida que implica no sólo la salida del embajador, algo que ya ocurre en la embajada argentina que solo tiene un encargado de negocios, sino que pude llegar hasta el cierre de sede diplomática, el cese de las comunicaciones oficiales entre los países y hasta la afectación de las relaciones comerciales a través de la aplicación de sanciones.
El último antecedente, según recuerdan en el Palacio San Martín, se remonta a 1986 cuando el gobierno de Raúl Alfonsín rompió relaciones diplomáticas con Sudáfrica por su política de apartheid y discriminación racial.
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
Los comentarios están cerrados.