Luego del impacto de la sonda DART en 2022, el asteroide Dimorphos puede estar dando vueltas sin control al salirse de la órbita que lo unía a su asteroide padre, Didymos, exponiendo a la tierra a posibles peligros.
Derek Richardson, líder de la misión DART de la NASA, reveló que el impacto de la nave espacial en la luna Dimorphos ha alterado su trayectoria evolutiva original y su forma, lo que ha cambiado su comportamiento respecto al asteroide Didymos.
La misión DART (Prueba de Redirección de Asteroide Doble) es la primera misión de la NASA destinada a demostrar la desviación de un asteroide mediante un impactador cinético. Sus objetivos principales fueron los asteroides Didymos y su luna, Dimorphos.
Richardson explicó que, aunque DART impactó solo en Dimorphos, la luna y Didymos están gravitacionalmente conectados. El impacto generó escombros que contribuyeron a la pérdida de equilibrio entre ambos cuerpos celestes, acortando la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos.
¿Qué cambios presenta el asteroide?
Estos cambios en la forma de Dimorphos han desconcertado al equipo de investigación, que ahora anticipa que esta alteración podría ser clave en la próxima misión de seguimiento «Hera» de la Agencia Espacial Europea, programada para octubre de 2024.
El equipo de DART sugiere que antes del impacto, Dimorphos se encontraba en un estado estable, con una cara permanentemente apuntando hacia Didymos, similar a cómo la Luna siempre muestra la misma cara a la Tierra. Sin embargo, tras el impacto, la luna podría estar desalineada y tambalearse, incluso girando de manera caótica.
El equipo espera que, una vez que se despeje el camino de los escombros, puedan evaluar cuánto tiempo le tomará a Dimorphos recuperar su estabilidad.
La experiencia que aportó DART
Richardson destacó la importancia del experimento: «DART nos proporcionó información valiosa sobre la física gravitacional que no se puede replicar en un laboratorio, y toda esta investigación es fundamental para nuestros esfuerzos de defensa planetaria en caso de una amenaza real». Subrayó que «existe una posibilidad real, aunque pequeña, de que un asteroide o un cometa se acerque y amenace nuestro planeta. Ahora, contamos con una línea de defensa adicional contra este tipo de amenazas».
Richardson y su equipo esperan que la próxima misión Hera, que llegará al sistema Didymos a finales de 2026, proporcione datos más precisos sobre el impacto de DART y sus posibles implicaciones para la seguridad de la Tierra.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario
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