Tras reunirse con Boris Johnson, Javier Milei viajará a Reino Unido y se verá con Mick Jagger
El tema Malvinas no fue ni siquiera mencionado, aclararon en la Casa Rosada. “Fue un encuentro informal”, explican. En ese contexto, los temas políticos no fueron eludidos como, por ejemplo, las próximas elecciones en los Estados Unidos, la situación de Israel, el vínculo de Argentina con el Reino Unido.
La religión también fue parte de la conversación. Aquí se analizó la relación de las tres religiones: catolicismo, judaísmo y protestante con los préstamos y la tasa de interés. La discrepancia que existe entre el catolicismo y las otras dos religiones respecto al cobro de intereses. Según, le explicó Milei a Johnson, el catolicismo siempre estuvo asociado a los Estados y, por lo tanto, no avalaba el cobro de intereses pues encarecían los préstamos. La diferencia de las otras dos religiones, según conversaron, es que tienen una concepción más del desarrollo del individuo.
La ecología que, a juicio de Milei, es una propuesta “marxista cultural” y los problemas de la caída de la natalidad mundial y la problemática del aborto, también formaron parte de la agenda del encuentro.
Libro polémico
El libro que Johnson le regaló a Milei es una autobiografía que generó polémica ya que el exfuncionario británico cuenta hechos ocurridos durante su gobierno que sorprendieron.
Desde el arrepentirse por las disculpas del ‘partygate’ reunión que mantuvo durante la pandemia, a revelar datos de la salud de la Reina o reconocer que pensó en invadir los Países Bajos.
Johnson escribe que preguntó, en su momento, a sus asesores militares “si podría ser técnicamente factible lanzar una incursión acuática” en un almacén en los Países Bajos para recuperar las dosis de vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca que él creía debían a Gran Bretaña.
El plan de Johnson, según admitió, consistía en cruzar el Canal de la Mancha de forma clandestina con lanchas neumáticas, navegar por los canales holandeses hasta llegar a las vacunas «secuestradas» y después retirarse con un camión.
Finalmente, tras consultarlo con sus asesores, el ex primer ministro desechó la idea, al considerar «una locura» la invasión de un aliado de la OTAN.
El jefe adjunto del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Doug Chalmers, le aseguró que el plan era «ciertamente factible», pero le advirtió que no sería posible llevarlo a cabo sin ser detectados por las autoridades neerlandesas.
“Si nos detectan tendremos que explicar por qué estamos invadiendo de hecho a un aliado de la OTAN desde hace mucho tiempo. Yo estaba secretamente de acuerdo con lo que todos pensaban, pero no quería decirlo en voz alta: que todo aquello era una locura”, sostiene el ex primer ministro británico en su libro.
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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