En la última semana de septiembre se celebró en Japón la sexta edición de la Cumbre de Crisis Internacional, cuyo eje central se basó en la protesta a la reciente aprobación de una nueva vacuna experimental ARNm contra el Covid por parte del gobierno japonés.
Japón será el primer país en permitir este nuevo producto en su población el cual será aplicado durante el transcurso del corriente mes, mientras que la Agencia Europea de Medicamentos ya está evaluando su aprobación para comercializarla en la Unión Europea.
Producida por la empresa bio-tecnológica estadounidense Arcturus Therapeutics y comercializada en Japón por Meiji Seika Pharma bajo el nombre «Costaive» (ARCT-154 COVID-19), ésta nueva vacuna difiere de las anteriores al ser compuesta bajo una plataforma «auto-replicante«.
Durante las instancias iniciales de la pandemia del coronavirus, las compañías farmacéuticas analizaron diversos mecanismos para el diseño de las vacunas contra el Covid-19, decidiéndose finalmente por fabricar y promover tanto las plataformas de ARN mensajero (ARNm, de Pfizer y Moderna) como las de vector adenovirus (J&J y AstraZeneca).
Todas requirieron una aprobación de emergencia en cada país al no contar con los estudios necesarios para su aprobación definitiva, siendo el caso de las vacunas ARNm el más alarmante al no haber sido utilizadas previamente en la práctica ni haberse realizado estudios de seguridad de largo plazo en humanos.
En este proceso de selección de plataformas virales se descartaron diversas alternativas para el producto final, pero se continuó con su desarrollo en fase experimental. Este es el caso de la novedosa plataforma auto-replicante ARNm, denominada Replicon o «SA-mRNA» (self-amplifying mRNA).
En comparación, la versión anterior de vacunas ARNm introduce fragmentos de ARN mensajero que instruyen a nuestras células a producir la proteína del Covid provista, y así conseguir la inmunización. En cambio, Replicon introduce un nuevo concepto: contiene moléculas auto-replicantes.
Se trata de moléculas ARNm que, una vez ingresadas al citoplasma de la célula, la inducen a producir constantemente grandes cantidades de la proteína del antígeno (Covid) así como ARN replicasa.
Con este último se generará un ciclo donde ahora no solamente algunas células del paciente serán dirigidas para expresar la proteína del Covid sino crearán también nuevo ARNm que reiniciará el proceso nuevamente con otras células para lograr una inmunización prolongada.
Dicha versión del mecanismo se origina parcialmente en un tipo de alfavirus que produce la encefalitis equina, conteniendo las secuencias de genes necesarias para su replicación.
Este proceso no sólo presentaría los ya conocidos efectos adversos de los anteriores productos ARNm tales como enfermedades inmunológicas, cardíacas, trombosis o cáncer (así como el notorio exceso generalizado de la mortalidad con respecto a años anteriores), sino nuevos potenciales peligros, incluso para la sociedad en su conjunto.
Potenciales peligros de las vacunas ARN
• Consecuencias genéticas no previstas: Las vacunas auto-replicantes implican la introducción de material genético foráneo dentro del cuerpo.
Existe la posibilidad que este pueda interactuar con otro material genético propio (incluyendo cromosomas), desatando consecuencias imprevisibles para el individuo y su descendencia.
• Producción involuntaria de proteínas: La traducción intracelular de las moléculas sintéticas de ARNm puede llevar a un proceso conocido como ribosomal frame-shifting, lo cual implica la producción de proteínas incompletas o fallidas.
Esto perjudicaría gravemente la salud al generar reacciones autoinmunes -entre otras patologías-, y al tratarse de un alfavirus como base del producto los errores serían aún más probables que con otros virus RNA.
• Seguridad: Las plataformas de ARNm para las vacunas no fueron objeto de estudio de seguridad de largo plazo. En el caso de las auto-replicantes, se le suma el desconocimiento de la duración de su replicación ya que no hay bibliografía publicada al respecto y por lo tanto no se puede determinar su perfil de riesgo.
Los datos publicados en Nature sobre la fase de prueba 3b de ARCT-154 arrojaron un total de 5 muertes y casi el 90% de los pacientes registraron efectos adversos luego de la primera dosis (74,5% fueron sistémicos y 15,2% de los pacientes necesitaron atención médica).
• Contagio: Existe la posibilidad real de que los pacientes que reciban Replicon se conviertan en «fábricas de vacunas» al transmitir el material genético sintético a otras personas de su ambiente y así masificar el efecto.
Se teoriza que el contagio podría darse tanto por exosomas de personas HLA compatibles (familiares) como por una recombinación viral con otros virus ya existentes en el organismo.
Dado que un alfavirus es un virus presente no sólo en humanos, sino en diversas especies de animales e insectos, la transmisión involuntaria podría multiplicarse considerablemente al incorporarse los genes de Replicon al ecosistema.
Se prevé que esta nueva plataforma no sólo reemplace las actuales versiones de la vacuna contra Covid sino también ser utilizada para componer las demás vacunas regulares del calendario, empezando por el virus de la Influenza que ya posee estudios realizados con la tecnología auto-replicante.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario
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