Durante una jornada plagada de violencia, funcionarios estadounidenses continúaron con su visita a Medio Oriente con el objetivo de obtener avances en la negociaciónde acuerdos que pongan fin alas guerras de Israel en Gaza y en el Líbano.

Frente a un primer ministro libanés«cautamente optimista» sobre el cese de las hostilidades, el nuevo líder de Hezbolá reivindicó el «plan de guerra» desu predecesor, pero dijo que aceptará la paz bajo sus propias condiciones, que no explicitó. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sentenció que una tregua con el Líbano sólo podía darse si sus fuerzas pueden constatar que Hezbolá no presentará nuevas «amenazas a la seguridad» de Israel.

¿Paz en medio de la guerra?

Las negociaciones de paz intentan avanzaren una jornada marcada por ataques a ambos lados de la frontera. En el Líbano, los bombardos sostenidos mataron a decenas de personas elevando a más de 2.800 los muertos y a 12.900 los heridos desde el comienzo del conflicto, mientras que los bombardeos de Hezbolá al norte de Israel mataron a 7 personas este jueves.

En una nueva oleada de ataques aéreos israelíes sobre el este del Líbano, al menos seis personas murieron en la histórica ciudad de Baalbeky sus alrededores, donde el día anterior las autoridades sanitarias reportaron al menos 19 muertos.

Más temprano, el Ejército israelí había emitido una nueva «advertencia urgente» a los residentes de BaalbekAin Borzai y Dorrisinstándolos a abandonar la zona,luego de la producida ayer, que pedía por la evacuación de la ciudad en su totalidad.

Ese mismo día, la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) comunicó que al menos cinco civiles murieron en otro bombardeo contra una vivienda de un barrio residencial de la localidad de Makneha 10 kilómetros de Baalbek.

«La localidad de Makneh no se encontraba entre las poblaciones mencionadas en el aviso de evacuación», denunció la ANN, que informó de que los aviones de combate de Israel lanzaron varios bombardeos contra los alrededores de la zona a evacuar.

Mientras tanto, en los ataques sostenidos sobre las regiones de NabatiyeTiro, al sur del Líbano, este jueves murieron al menos cinco trabajadores sanitarios, lo cual eleva a 178el numero de personal medico asesinado en bombardeos israelíes desde el inicio del conflicto.

La guerra también alcanzó territorio israelí este mismo día, con la muerte de siete personas tras el impacto de varios proyectiles en las localidades de Metula y Kiryat Ata, cerca de Haifa, al norte israelí, una zona militarizada cerrada a civiles.

Mediaciones

Amos Hochstein, mediador estadounidense entre el gobierno israelí y el libanés, junto a Brett Mc Gurk, el principal funcionario de la Casa Blanca para Medio Oriente, iban a visitar Israel este miércoles para avanzar sobre las medidas de paz en el territorio.

«Están viajando a Israel para abordar aspectos, incluida una solución diplomática en Líbano, y también sobre cómo poner fin al conflicto en Gaza», dijo ante los medios el portavoz del departamento de Estado, Matthew Miller.

Miller dijo que Estados Unidos está presionando a Israelpara evitar un «daño extendido» en Líbano, el mismo día en que Tel Aviv bombardeó una serie de localidades en el este y sur del Líbano, incluyendo la ciudad de Baalbek.

«Hemos dejado claro que la campaña (militar) que llevan a cabo en el Líbano no debería, no puede parecerse a la campaña que han ejecutado en Gaza», sentenció Miller.

Hace meses que se encuentra en tratativas la rubricación de un acuerdo que ponga fin a la guerraen Gaza, luego de los sucesos de octubre de 2023, pero es la primera vez que Washington insta a Israel, a quien apoya diplomática y militarmente, a un cese al fuego en el Líbano, donde la ofensiva israelí afecta a su enemigo, Hezbolá, y a civiles libaneses por igual.

Optimismo

Este jueves, el primer ministro interino del Líbano, Nahib Mikati, afirmó que el Ejército israelí continúa cometiendo crímenes de guerradespués de su inicial optimismo frente a las negociaciones.

«Las amenazas hechas por el enemigo israelí contra civiles libaneses a los que reclama abandonar ciudades enteras y desplazarlos de sus áreas y hogares son un crimen de guerra adicional que se suma a la serie de crímenes cometidos por el enemigo israelí», ha dicho el funcionario después de lo sucedido en Baalbek.

Mikati se había mostrado «cautamente optimista» frente a la posibilidad de un alto al fuego luego de su reunión con los mediadores el miércoles, después de la cual reveló que el enviado estadounidense le indicó que veía posible un alto al conflicto entre Israel y el movimiento chií libanés antes de las elecciones presidenciales.

Durante una llamada telefónica, «Hochstein me sugirió que quizás pudiésemos alcanzar un alto al fuego en los próximos días, antes del 5 de noviembre», dijo el provisional jefe de gobierno del Líbano en una entrevista con la señal televisiva Al Jadeed.

El premier conservador Netanyahu, conocido por su postura de «guerra total» contra el terrorismo, dejó en claro que cualquier acuerdo para poner fin al conflicto en el Líbano debe permitir a Israel hacerlo cumplir, en conversacion con los mediadores estadounidenses.

«La principal cuestión no es el papeleo de un acuerdo u otro, sino la capacidad y la determinación de Israel de hacerlo cumplir y de atajar cualquier amenaza a su seguridad desde Líbano», dijo la oficina del mandatario tras su reunión en Jerusalén con Hochstein de este jueves.

El mensaje refiere a una serie de demandas, recogidas por medios israelíes y estadounidenses en la última semana, que Israel busca imponer para permitir un alto al fuego contra Hezbolá, entre las cuales destacan el libre uso del espacio aéreo libanés por parte de las fuerzas israelíes, así como el involucramiento del Ejército libanés en la lucha contra el movimiento chiita, que hasta ahora se ha mantenido al margen del conflicto.

El fin de las derrotas

En medio de los intentos de conciliación, el recientemente apuntado dirigente del Hezbolá, Naim Qassem, afirmó que el grupo tiene la capacidad de seguir combatiendo al ejército israelí pese a los golpes recibidos, pero que aceptaría un cese al fuego bajo ciertas «condiciones», según expresó en un discurso televisado este miércoles por la cadena libanesa Al Manar.

En su primera aparición desde su nombramiento, Qassem prometió sostener el «plan de guerra» de Nasralá, y afirmó que Hezbolá ha «comenzado a recuperarse» tras los «dolorosos golpes» de Israel.

«Seguiremos haciendo frente a la agresión. Si el enemigo quiere detenerla, aceptaremos las condiciones que consideremos apropiadas. La base de toda negociación es que haya antes un alto el fuego», manifestó el líder de Hezbolá, a la vez que recalcó que «la era de las derrotas ha terminado».