Pasadas las 21 hs y bajo el título «Somos Energía», la experiencia comenzó desde la entrada al velódromo, donde la banda de la policía dió la bienvenida al público con solemnidad y entusiasmo, adelantando la majestuosidad de lo que estaba por venir.
“Todo comenzó con una chispa”, con esa primera frase encendió el escenario en un acto lleno de simbolismo. Imágenes en blanco y negro de históricos ciclistas y jockeys sanjuaninos cobraron vida en la pista, mientras los bailarines, como llamas danzantes en trajes de vivos colores flúor, se movían con energía por toda la pista del velódromo. El fuego que nacía y envolvía todo, en una explosión de fuerza y luz.
Cuando el agua tomó el protagonismo, más 50 patinadores y bailarines aéreos recrearon el deshielo que baja desde las montañas hasta los ríos, uniendo la esencia natural de San Juan con su gente. «Soy savia que cae del cerro, corriente que arrasa», clamaba una voz profunda y llena de pasión, mientras los bailarines mostraban la esencia del agua como fuente de vida. La voz en off, poderosa, susurró: «Soy el agua que movió la rueda del molino, que luego hizo harina», evocando la fuerza invisible pero vital que sostiene a todos los seres.
El momento del viento zonda fue un estallido de energía. «Soy esa tierra y polvareda», pidó permiso el viento zonda, y entonces el escenario se llenó de bailarines que emulaban las corrientes de aire que recorren la provincia. Una gran tela marrón se desplegó como un manto de tierra sobre el escenario, transportando a todos en la audiencia a esos días en los que el zonda sopla con intensidad y llena todo de tierra. Los audios de sanjuaninos bromeando con el viento arrancaron carcajadas al público: «¡Destendé la ropa y cerrá, que viene el ventarrón!», decía el audio, con esa marcada y conocida erre sanjuanina.
El último elemento, la tierra, tomó el centro de la escena. «Soy tierra, piedra y mineral, fruto y cosecha, soy adobe y surco, soy cordillera y cicatriz», proclamó una voz que resonó con fuerza y emoción, recordando a los sanjuaninos la resiliencia de su pueblo. Con estas palabras, se evocó la capacidad de San Juan para reconstruirse y florecerse. Al compás del vals «Nochecitas Sanjuaninas», los bailarines deleitaron al público, celebrando todo lo que es y representa su tierra.
En el momento final, 20 ciclistas entraron en escena, representando un San Juan comprometido con las energías renovables y el cuidado del ambiente. Con sus bicicletas y pautas lumínicas cuidadosamente coreografiadas, ofrecieron una danza que simbolizó el impulso de la provincia hacia un futuro sostenible, llenando el espacio de movimiento y luz. Emiliano Sánchez y Ana Paula Dupont fueron los responsables, al ritmo del rock, de cerrar el espectáculo con la canción de esta fiesta. Las palabras «Somos energía vital» sellaron la noche, un recordatorio de la fuerza de los sanjuaninos para imponerse a todas las adversidades, reflejo de la naturaleza que los rodea. Fue el inicio triunfante de los tres espectáculos centrales de esta nueva edición de la Fiesta Nacional del Sol.
Por: Rodo Galdeano
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