La atmósfera terrestre guarda secretos que solo ahora comenzamos a desentrañar gracias a la tecnología. Un hallazgo reciente dejó a los científicos y expertos en tecnología espacial con más preguntas que respuestas.
El pasado 26 de septiembre, durante el paso del huracán Helene por la costa de Florida, la NASA detectó algo inusual desde la Estación Espacial Internacional (ISS).
A través del Instrumento de Ondas Atmosféricas (AWE), instalado en el exterior de la estación en 2023, se observaron ondas gravitacionales extendiéndose hasta 55 millas sobre la superficie terrestre.
Ondas invisibles: qué son
Las ondas gravitacionales que la NASA ha estudiado no son las mismas que Albert Einstein predijo en su teoría de la relatividad, las cuales están relacionadas con el espacio-tiempo. En este caso, hablamos de ondas atmosféricas.
Estas ondas son patrones de aire que se forman debido a fenómenos extremos como huracanes, tsunamis o intensas ráfagas de viento. El AWE, un dispositivo de alta precisión, logró capturar estos patrones en la mesosfera, la tercera capa de la atmósfera terrestre, situada entre los 50 y los 88 kilómetros de altura.
Durante el paso del huracán Helene, las ondas gravitacionales generaron una serie de «ondulaciones» en la atmósfera, visibles desde la ISS. Las imágenes muestran estos patrones atmosféricos con colores que van del rojo al azul, lo que permite visualizar su intensidad y la dirección en la que se desplazan.
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