Acuerdo bilateral: las cinco opciones que se evalúan para que la Argentina lleve el gas de Vaca Muerta hasta Brasil

El convenio firmado este lunes en el marco del G-20 generó expectativas entre las empresas de ambos países. La infraestructura necesaria para alcanzar los 30 millones de metros cúbicos de exportaciones en cinco años dependerán de la iniciativa privada

La Argentina y Brasil firmaron este lunes un acuerdo para trabajar en la viabilidad de que en los próximos cinco años se puedan alcanzar exportaciones por 30 millones de metros cúbicos diarios de gas natural desde Vaca Muerta al país vecino. La noticia fue muy bien recibida por el sector energético por lo que puede ser el convenio comercial más importante de la historia bilateral, aunque solo es el primer paso de un largo camino que deberá ser apuntalado por la iniciativa privada.

El grupo de trabajo conformado por representantes de los Gobierno de Javier Milei y de Inacio Lula Da Silva evaluarán cinco rutas que harían posible los envíos de fluido argentino para abastecer la creciente demanda de la industria brasileña: Bolivia, Paraguay, Uruguayana, Uruguay y la venta de gas natural licuado (GNL).

La opción que en el mercado miran como la más rápida es la de aprovechar la infraestructura del Gasoducto Brasil Bolivia (Gasbol), en medio del declino que sufre la industria boliviana tras años de desinversión. El ducto puede transportar unos 30 millones de metros cúbicos diarios y actualmente funciona en torno a los 10 millones, es decir, a un tercio de su capacidad.

Pero para conseguir llegar a ese objetivo no alcanza con la primera etapa de Reversión del Gasoducto Norte, inaugurada hace unas semanas, que permitirá conectar Vaca Muerta con siete provincias del norte argentino (Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy) para transportar hasta allí unos 19 millones de metros cúbicos por día.

Es necesario encarar una segunda etapa con loops (ducto paralelo) y plantas compresoras para conseguir un excedente mínimo de 15 millones de metros cúbicos que al menos tardaría hasta 2026. También se necesita negociar con Bolivia una tarifa para utilizar sus gasoductos que permita que el fluido llegue a Brasil a un precio competitivo.

El Gobierno brasileño aspira a conseguir “gas barato” para alimentar y hacer más competitiva su industria, en línea con lo que explicó el ministro de Minas y Energía brasileño, Alexander Silveira, tras la firma del Memorando de Entendimiento (MOU) con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, en el marco de la cumbre del G20 que se celebró en Río de Janeiro.

La otra posibilidad es la de Paraguay, que se mostró dispuesto a sumar financiamiento para un proyecto de USD 1.500 millones que lleve 15 millones de metros cúbicos día que comience en Salta y llegue a Campo Grande en el suroeste de Brasil.

Por otro lado, se encuentran la posibilidad de pasar a Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná. Primero es necesario que se avance en la segunda etapa del Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (ex Presidente Néstor Kirchner) que conecta Tratayen (Neuquén) con Salliqueló (Buenos Aires). A estos se sumaría un ducto por Uruguayana para llegar a Porto Alegre.

Otra alternativa de gasoducto sería utilizar el paso por Uruguay a través del Gasoducto Cruz del Sur que une Punta Lara con Colonia. Allí haría falta la construcción de un tramo de caño desde Montevideo a Porto Alegre y nuevas plantas compresoras para sumar capacidad.

La última opción es que la Argentina le venda a Brasil GNL a partir de proyectos que tienen en carpeta empresas que operan localmente. El proyecto que pica en punta es la barcaza de licuefacción que instalarán en Río Negro Pan American Energy (PAE) y la noruega Golar para exportar 11,5 millones de metros cúbicos diarios a partir de 2027. Allí podrían sumarse otros jugadores, como es el caso de la estatal YPF.

Por su parte, la petrolera estatal planea construir una planta de licuefacción en Punta Colorada, Río Negro, pero para poder exportar GNL recién desde 2031 según el objetivo de la compañía de mayoría estatal. El presidente de la firma, Horacio Marín, anticipó que el proyecto se llevará adelante más allá de que participe o no la malaya Petronas, tal como se preveía originalmente.

El MOU firmado entre ambos países contempla la creación de una mesa de trabajo para discutir las alternativas para llegar al objetivo de exportaciones por 30 millones de metros cúbicos diarios en los próximos cinco años. Se espera que a partir de 2025 comenzarán envíos por 2 millones de metros cúbicos, que crecerá a 10 millones en tres años y llegaría finalmente a los 30 millones.

El Gobierno argentino resaltó en varias oportunidades que las futuras grandes obras de infraestructura no tendrán financiamiento público, sino que deberán ser impulsadas por el sector privado. La gran apuesta es el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), el esquema de beneficios impositivos y cambiarios para proyectos que demanden desde USD 200 millones impulsado por la gestión Milei.

Para la Argentina la venta de gas a Brasil resultaría una posibilidad única para generar divisas ante un abultado cronograma de vencimientos de deuda en los próximos años y equilibrar una balanza comercial que ahora es deficitaria. Para los brasileños puede significar energía barata para abastecer la creciente demanda industrial del sur y la posibilidad de producir fertilizantes a precio competitivo.

Fuente: Infobae

Rivero. C

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