Los dialoguistas de la CGT celebraron la escasa repercusión sindical de la marcha ultraopositora a la Plaza de Mayo

El sector moderado tomó como un triunfo de su postura negociadora la ausencia de dirigentes cegetistas en la calle, como Pablo Moyano y los gremialistas del transporte. El trasfondo de una protesta contra Javier Milei que se fue desactivando con el correr de los días

Los dialoguistas de la CGT festejan: la jornada de protesta del sindicalismo kirchnerista y de los movimientos sociales, que incluyó este jueves una movilización a Plaza de Mayo, tuvo una raleada presencia de los gremios y sin la participación de ultraopositores como Pablo Moyano.

En un escenario político-sindical dividido entre moderados y duros, se entiende que la fracción más negociadora de la CGT tome el balance callejero de los combativos como un triunfo de su postura. Después de todo, hace casi tres semanas, parecía que el 5 de diciembre iba a confluir en un paro con movilización el espectro más intransigente del sindicalismo para protestar contra Javier Milei, incluso organizaciones del transporte como pilotos y aeronavegantes. Este jueves, en la calle estuvieron los sectores más radicalizados, pero se ausentaron los principales gremios de la CGT. Y sólo la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) acompañó con un paro de 24 horas.

El propio Pablo Moyano anticipaba que se preparaba un paro o una marcha, dando a entender que se iba a tratar de una medida impulsada por la CGT. En ese momento, las dos CTA estaban organizando la “Jornada Federal de Lucha” en todo el país y con un cierre en la Plaza de Mayo, junto con la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Territorios en Lucha, agrupaciones del sector de las pymes y de otras fuerzas políticas y sociales. De la CGT sólo se sumaron gremios kirchneristas enrolados en la Corriente Federal de los Trabajadores como SMATA y la Asociación Bancaria.

Sergio Palazzo, de los bancarios, se puso al frente de una columna que marchó a la Plaza de Mayo

El indicio más claro de que la movilización no iba a tener muchas adhesiones en los sindicatos se dio en la conferencia de prensa del lunes pasado en la que ratificaron la “Jornada Federal de Lucha”: sólo hubo dirigentes de segunda línea de sindicatos K que integran la CGT, pero no quisieron aparecer en la foto, donde sí estuvieron en primera fila los líderes de las dos CTA, Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy. y el titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar.

Aun así, el titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, publicó en su cuenta de X una foto en la que se lo ve junto a manifestantes de su sindicato. Otros dirigentes del mismo sector ni siquiera se tomaron el trabajo de posar ante los fotógrafos para graficar su adhesión a la protesta. En las principales columnas que marcharon a Plaza de Mayo no se vio a ningún peso pesado de la CGT.

Las ausencias más significativas fueron las de los sindicatos del transporte, que, como anticipó Infobae, no se reunieron para analizar su eventual concurrencia a la movilización. La decisión llamó la atención porque los gremios del ala dura que integran la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) habían insinuado que se sumarían a la protesta del 5 de diciembre. Incluso sus dirigentes estuvieron con el jefe de SMATA, Ricardo Pignanelli, para hablar sobre un paro con movilización y se prevía un encuentro con el resto de la confederación de sindicatos de la industria (CSIRA), que encabeza el titular de los mecánicos, además de una reunión con la confederación de gremios del sector energético (CATHEDA), dirigida por Guillermo Moser (Luz y Fuerza).

Juan Carlos Schmid y los dirigentes que lideran la CATT

Hasta ahora, ninguno de esos contactos se concretó. Su única actividad de las últimas semanas fue una reunión con la directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina, Gabriela Luna Camacho, ante quien denunciaron que el gobierno de Milei “aplica políticas que cercenan y limitan los derechos, de reunión, de protesta, de huelga y la libertad sindical”. A ese encuentro de la semana pasada asistieron Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Juan Pablo Brey (aeronavegantes); Omar Pérez y Hugo Antonio Moyano (Camioneros) y Pablo Biró (pilotos).

Luego del paro de 24 horas del 30 de octubre pasado, la virulencia de los sindicatos del transporte contra el Gobierno se aplacó. Fue clave el acuerdo alcanzado entre los gremios aeronáuticos y Aerolíneas Argentinas. Otro factor decisivo fue que al frente de la CATT asumió Schmid, un dirigente duro, pero racional. Y fueron determinantes las durísimas críticas de Omar Maturano, líder de la Fraternidad, que vaticinó en un plenario que la Mesa Nacional del Transporte “se va a desarmar, pero no por nosotros sino por otros sindicatos que no tienen historia, que no tienen lucha” y apuntó contra los dirigentes aeronáuticos: “Son pilotos de avión, son aeronavegantes, que no conocen el verdadero sindicalismo y que no conocen la verdadera pobreza, y eso nos va a romper”.

Finalmente, los sindicatos duros del transporte no salieron este jueves a la calle y tampoco lo hizo Pablo Moyano, que, aunque lo hubiera hecho, habría sido a título personal porque ya no integra la CGT y el Sindicato de Camioneros, que lidera Hugo Moyano, no quiere protestar contra el Gobierno. Ese fue el origen de su renuncia a la CGT: su padre desautorizó su advertencia de que se estaba “preparando un paro general para diciembre”, que podía ser también una movilización.

Por eso los dialoguistas celebran esta sucesión de hechos de las últimas horas que muestran desactivados a los dirigentes ultraopositores e incluso festejan por anticipado porque la semana próxima se producirá el recambio del Sindicato de Camioneros en la CGT. Y todo parece indicar que asumirá Hugo Moyano en lugar de su hijo Pablo, una decisión que reforzará la postura del sector moderado de la CGT ya que el líder sindical muestra voluntad de negociar con el Gobierno.

En la postal del sindicalismo de este tramo final de 2024 no hay mucho espacio para medidas de fuerza y sí claros signos de pacificación, en sintonía con una macroeconomía más ordenada y encuestas que siguen favoreciendo a Milei. ¿La tregua con el Gobierno seguirá hasta marzo? Nadie hace semejante apuesta en la Argentina.

Fuente: Infobae

Rivero. C

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