Artesanos y emprendedores piden soluciones al municipio tras el desalojo en el Parque de Mayo

El edificio municipal de la Capital se convirtió en un punto de tensión este martes, cuando un grupo de artesanos y emprendedores se congregó a las puertas de la Municipalidad para expresar su preocupación por el reciente desalojo en el Parque de Mayo.

Este desalojo afectó a más de 300 familias dedicadas a la venta de productos artesanales y comidas, quienes exigen una solución para poder continuar con sus actividades.

El Secretario de Gobierno de Capital, César Aguilar, atendió a los manifestantes y se comprometió a escuchar sus reclamos. Los trabajadores informales piden poder seguir desempeñando su labor en el espacio público, pero en condiciones ordenadas y reguladas, ya que consideran que la presencia de vendedores no autorizados ha distorsionado la actividad comercial.

Juan Castro, uno de los representantes de los feriantes, explicó que mientras los artesanos y emprendedores cumplen con las normas y mantienen el orden en los espacios donde trabajan, el aumento de vendedores de productos no autorizados como electrodomésticos ha dificultado la situación. “Nosotros cuidamos la limpieza de nuestro espacio, pedimos un lugar adecuado para trabajar y estamos dispuestos a pagar un canon mínimo acorde a nuestras ganancias”, expresó Castro.

Falta de censo y necesidad de espacio

Uno de los principales puntos de queja es la falta de un censo adecuado que contemple a todos los que desempeñan actividades en el espacio público. Según Castro, el censo municipal solo incluyó a un número reducido de vendedores, dejando fuera a muchos que llevan años trabajando en las plazas y en los parques. «En total, hay 253 personas censadas, pero solo un pequeño grupo tiene acceso a los espacios», detalló.

Los manifestantes entregaron una carta a Aguilar en la que solicitan la continuidad de su trabajo como manteros y artesanos, subrayando que no buscan regalías, sino simplemente un espacio físico donde puedan desarrollar sus actividades. En la carta, destacaron que sus productos son principalmente ropa de segunda mano y que no interrumpen el comercio formal.

“Pedimos un lugar donde podamos trabajar, especialmente los domingos, como lo venimos haciendo desde 2021”, comentó Castro. Los manifestantes se dividen en dos grupos principales: los que venden productos artesanales, como ropa circular, y los mini-emprendedores que ofrecen productos gastronómicos.

El reclamo sigue vivo mientras esperan una respuesta de la Intendenta y de la Secretaría de Cultura, con la esperanza de encontrar una solución que les permita seguir con sus actividades en el espacio público de manera ordenada y con el respaldo de las autoridades municipales.

 

 

Op: Juan Llarena

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