Crece la entrada de carne extranjera, pero el consumidor no verá alivio en los precios
El ingreso de carne desde Brasil, Paraguay y Uruguay crece a ritmo acelerado por la pérdida de competitividad local y el encarecimiento de los costos. Aun así, no impactaría en el precio del mercado local.
La Argentina vive un fenómeno poco habitual: las importaciones de carne vacuna aumentaron más de un 2.000% en lo que va del año. Según datos del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), entre enero y abril de 2025 se pasó de importar 225 a 4.926 toneladas. Sin embargo, este incremento no se trasladará a una baja en los precios al consumidor, ya que se trata, en su mayoría, de cortes congelados destinados a la industria alimentaria.
Actualmente, el ingreso mensual ronda las 1.200 toneladas y muestra una tendencia ascendente. En paralelo, las importaciones de carne porcina también se dispararon: alcanzaron un récord de 5.700 toneladas en abril. El analista agropecuario Javier Preciado Patiño explicó que la mayoría de estos productos provienen de Brasil, aunque también llegan desde Paraguay y Uruguay. “Los fabricantes compran carne congelada importada porque es más barata que la nacional. Es un tema estrictamente de precios”, sostuvo.
Desde noviembre de 2024, el crecimiento de las importaciones se volvió sostenido. En enero de este año se registraron 500 toneladas de carne vacuna importada, cifra que trepó a 1.500 en abril, de acuerdo al último informe del Indec. Esta tendencia refleja la pérdida de competitividad del productor local frente a los costos internacionales.

Un punto clave que podría incidir a futuro es el estatus sanitario de Brasil. Al ser declarado libre de fiebre aftosa sin vacunación, puede exportar cortes con hueso a la Patagonia, lo que podría desplazar producción local en esa región.
Desde la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores, su vicepresidente Sergio Pedace buscó llevar tranquilidad: “El volumen sigue siendo bajo si se lo compara con el consumo interno, que ronda las 180.000 toneladas mensuales”.
Por otro lado, las exportaciones argentinas de carne vacuna cayeron un 30%, especialmente hacia China, que encontró en Brasil un proveedor más económico por el menor precio de la hacienda.
En el caso del cerdo, la situación es aún más preocupante: las importaciones crecieron 435% en el primer cuatrimestre, pasando de 3.624 a 19.403 toneladas. “Esto pone en riesgo a los productores locales, especialmente los de menor escala”, advirtió Preciado Patiño. Un supermercado, por ejemplo, ya puede ofrecer bondiola brasileña a $6.000 el kilo, frente a los $10.000 de la nacional.
Esta dinámica no se limita a la carne. Las importaciones de alimentos en general subieron un 152% entre junio de 2024 y abril de 2025. Solo las compras de zanahorias crecieron 2.182% y las de tomate, 870%. El IDAA estima que, de continuar esta tendencia, las importaciones de alimentos podrían cerrar el año en USD 4.200 millones, lo que representa unos USD 500 millones mensuales.
Aunque la apertura de importaciones apunta a contener precios, los efectos en las góndolas aún no se hacen sentir. Y en el fondo, lo que está en juego es el equilibrio entre abastecimiento, competitividad y sostenibilidad de la producción local.
Rivero. C


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