Estados Unidos lanzó un nuevo ataque contra rebeldes hutíes en Yemen
Fue contra la base aérea Al Dailami de la capital, Sanaá. No hubo víctimas porque el lugar estaba fuera de servicio. Crece la tensión en la zona del mar Rojo que eleva los temores a una expansión regional de un conflicto con epicentro en la Franja de Gaza.
Estados Unidos lanzó este sábado un nuevo ataque contra los rebeldes hutíes de Yemen, que según ese grupo no dejó víctimas al impactar una base inoperativa, en medio de un clima de tensión en la zona del mar Rojo que eleva los temores a una expansión regional del conflicto que tiene epicentro en la Franja de Gaza.
«Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque contra un radar de los hutíes en Yemen», indicó el Mando Central del ejército estadounidense.
Los medios de comunicación de los hutíes habían señalado previamente que el ataque golpeó la base aérea Al Dailami de la capital, Sanaá, controlada desde 2014 por ese grupo rebelde respaldado por Irán.
«No tenemos constancia de heridos, ni pérdidas humanas o materiales. Además, la base se encontraba fuera de servicio», declaró el viceministro de Información hutí, Nasredin Amer, a la cadena qatarí Al Jazeera, y prometió que la insurgencia responderá «de manera contundente y eficaz».
Temor a una expansión del conflicto en Gaza
Estos bombardeos contra Yemen acentuaron los temores a una expansión regional de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza.
Estados Unidos, Reino Unido y ocho aliados lanzaron el viernes unos 150 proyectiles contra casi 30 blancos controlados por este grupo acusado de amenazar el tráfico marítimo en el mar Rojo en «solidaridad» con los palestinos.
La coalición internacional liderada por Washington afirmó que la operación tuvo como objetivo «desescalar tensiones» y «restaurar la estabilidad en el mar Rojo».
Pero los hutíes, que informaron de cinco muertos por los bombardeos, prometieron continuar con sus acciones en esta ruta por donde transita el 12% del comercio mundial y alertaron que «todos los intereses estadounidenses y británicos se han convertido en blancos legítimos».
Estos rebeldes controlan parte de Yemen desde el estallido de una guerra civil en 2014 y forman parte del autodenominado «eje de resistencia», que incluye a Hamas, el movimiento chiita libanés Hezbollah y a otros grupos armados hostiles a Israel y apoyados por Irán.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió a todas las partes «que no agraven» la volátil situación en la región, dijo su portavoz.
Reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de emergencia el viernes para abordar los bombardeos de los países occidentales, días después de adoptar una resolución exigiendo a los hutíes dejar de atacar a los buques en el mar Rojo.
El embajador ruso en la ONU, Vasili Nebenzia, denunció una «descarada agresión armada» de Estados Unidos contra la población entera de este país en la punta suroccidental de la península de Arabia, consignó la agencia de noticias AFP.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró que no creía que la acción comandada por su país hubiera causado víctimas civiles y advirtió que «no dudará» en ordenar más acciones militares si es necesario.
Según el mandatario norteamericano, la operación fue una exitosa «acción defensiva» después de los ataques «sin precedentes» en el mar Rojo.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que la violación del derecho internacional por parte de los hutíes merecía una «señal fuerte» en respuesta.
Pero Naser Kanani, portavoz de la cancillería iraní, estimó que los ataques occidentales alimentarán «la inseguridad y la inestabilidad en la región» y «desviarán» la atención de Gaza.
Inestabilidad y protestas en la región
Hamas lanzó una dura advertencia por Telegram: «Condenamos enérgicamente la flagrante agresión estadounidense-británica en Yemen. Los hacemos responsables de las repercusiones en la seguridad regional».
Milicianos de ese grupo lanzaron el 7 de octubre diversos ataques en suelo israelí, en los que mataron a 1.200 personas y secuestraron a unas 240, entre ellas una veintena con nacionalidad argentina.
A partir de ese ataque, Israel declaró la guerra y comenzó una ofensiva en la Franja de Gaza que dejó hasta el momento más de 23.800 muertos y una grave crisis humanitaria.
Desde el 19 de noviembre, los hutíes lanzaron 27 ataques cerca del estrecho de Bab al Mandeb, que separa la península arábiga de África, según el ejército estadounidense.
Esta inestabilidad llevó a numerosas navieras a desviar los buques que transitan entre Asia y Europa para hacerlos bordear el continente africano, lo que aumenta el tiempo y el costo del transporte.
Desde mediados de noviembre, el número de portacontenedores que cruzan el mar Rojo cayó un 70%, según expertos de transporte marítimo.
En la capital Sanaá, cientos de miles de personas, algunas blandiendo rifles Kalashnikov, se congregaron el viernes en una protesta donde ondearon banderas yemeníes y palestinas y mostraron retratos del líder hutí Abdulmalik al Huthi. «Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel», coreaban.
En Teherán, cientos de personas se manifestaron contra Estados Unidos, Reino Unido e Israel, quemando banderas de los tres países, y expresaron su apoyo a Gaza y Yemen.
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