Día de la meditación: los cinco ingredientes para crear nuevos hábitos gracias a ella
Esta semana quiero compartirte cómo la meditación y la calma mental pueden ayudarnos a establecer nuevos hábitos. Cómo facilita la reflexión consciente para cultivar la atención hacia lo verdaderamente importante. Y para ello, revisaremos por qué a veces no conseguimos cambiar los hábitos y te ofreceré los 5 ingredientes imprescindibles para conseguirlo. Te compartiré cuál es la mejor forma de hacerlo y una meditación guiada para que empieces a entrenarte.
«De este año no pasa que empiece a hacer más deporte», «me propongo leer más», «me encantaría quedar más con mis amigos», «me voy a proponer ver menos el móvil», «me encantaría comer mejor, más saludable y conscientemente»… ¿Te suenan estos propósitos? Generalmente, cuando inicia un nuevo año o un nuevo ciclo, tenemos la necesidad de parar para contactar con nuestros deseos, inquietudes, necesidades. Sin embargo, no siempre lo conseguimos porque no centramos nuestro esfuerzo, acciones e intenciones a largo plazo en ellos sino que, sin ser conscientes, dejamos que se diluyan en el día a día.
¿Por qué no consigo cambiar mis hábitos?
En primer lugar, tendrás que ser honesto contigo mismo. Ver si realmente estás dispuesto a hacer el esfuerzo que requiere soltar y dejar un viejo hábito para cambiarlo por uno nuevo. Todo nuevo aprendizaje requiere de constancia para repetirlo en el tiempo, voluntad y paciencia puesto que, a la que te descuides, te descubrirás de nuevo cayendo en los viejos hábitos y dejando de lado los nuevos. Esto ocurre porque la inercia de tus patrones de conducta todavía está puesta en lo viejo así que, cambiar su dirección, requerirá que también cambies algunos de tus pensamientos y refuerzos asociados a ellos. Una tarea nada sencilla porque es algo así como nadar a contracorriente pero, ¿Quién dijo que no puedes? Cinco ingredientes imprescindibles ¿Qué necesito para conseguirlo? Seguro que esta pregunta te habrá venido a la mente porque ya habrás comprobado que con solo el hecho de proponértelo, tus hábitos no cambian.
Necesitas esfuerzo, motivación, alinearlo con tus valores y fomentar las creencias que lo sostengan en el tiempo y, sobretodo, ser consciente de reforzar positivamente su consecución. Tu cerebro necesita «registrar» este nuevo hábito como beneficioso para ti y esto lo conseguirás de forma más sencilla si te lo planteas de forma que lo puedas vivir satisfactoriamente y no como una obligación que te aburre. ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Tienes el potencial de crear en tu día las acciones y conductas que desees, puedes construir tus respuestas para que se conviertan en hábitos. Eso sí, ya sabes que requiere de mucha atención. Entrenar tu mente es fundamental para darte cuenta de todos los recursos internos que posees para poder hacer modificaciones en tu forma de vivir. Cuando tengas claro el hábito a implementar, hazte un plan de acción, activa alguna señal previa que lo encadene y establece un horario fijo y determinado para hacerlo. Póntelo fácil y ten listo todo lo que necesites para hacerlo. Mientras lo hagas y tras finalizarlo, dedícate unos segundos para conectar contigo. Siente la apreciación de lo que acabas de hacer, de tu esfuerzo y voluntad. Siente gratitud hacia ti mismo, por escuchar tus necesidades y realizar acciones que favorezcan tu bienestar. Este entrenamiento será un gran regalo para tu «yo futuro». Cómo entrenar con la meditación Si quieres aprender a cuidar de tu «yo futuro», solo has de estar presente en el aquí y ahora para elegir conscientemente qué hacer en tu día a día. En la meditación de calma mental, entrenamos el foco, la intención y el estar presente para que puedas discernir lo que es funcional y saludable para ti y lo que no es. Este interesante entrenamiento te conduce a poder gestionar mejor tu forma de vivir para que cada hábito pueda tener su lugar en tu propio bienestar.
A veces, es complicado iniciarse en la meditación pero, como todo hábito, una vez implementado podrá mejorar tu bienestar, aumentar tu calma mental y la reflexión consciente que guíe tus pasos y respuestas. No olvides no forzarlo, solo acompáñate como un buen amigo lo haría.
Por: Graciela Herrera
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