Calvario de una mujer: rociada con nafta por su ex, teme por su vida

El lunes al mediodía, SC, una mujer de 39 años, vivió un episodio escalofriante que la llevó al borde de la tragedia cuando su ex pareja, identificada como Pablo Badilla, la roció con cinco litros de nafta en un ataque de furia. El suceso ocurrió tras una discusión, donde la víctima logró encerrarse en su dormitorio y llamar desesperadamente a la Policía para pedir ayuda.

 

En una entrevista con voz temblorosa y aún con el pánico latente, SC detalló los momentos de terror que vivió. Badilla, con quien mantuvo una relación durante cinco años y convivió los últimos cuatro y medio, perpetró este violento acto después de una discusión, amenazando con prenderle fuego.

 

«Si no me encierro, me mata», relató la mujer angustiada tras el terrible incidente. SC, madre de cuatro hijos adolescentes, describió cómo las agresiones verbales y físicas, con el tiempo, se transformaron en abusos sexuales. A pesar del continuo maltrato, nunca denunció por miedo a las amenazas ya las influencias que su agresor ejercía, incluso deteniéndola de acudir a terapia psicológica.

 

La situación llegó a un punto crítico el lunes pasado en su residencia en Rivadavia. SC, decidida a poner fin a la relación, permitió a Badilla revisar su celular como muestra de sinceridad, pero con la condición de que él abandonara el lugar. El rechazo desencadenó la furia del agresor, quien la asaltó con el combustible, provocando un episodio aterrador mientras ella clamaba por ayuda.

 

Afortunadamente, logró encerrarse y llamar a la Policía, quienes llegaron rápidamente y detuvieron al agresor cuando intentaba escapar. SC, víctima de quemaduras a causa del TLCAN, recibió atención médica y presentó la denuncia correspondiente con la intervención del fiscal Eduardo Martínez a través de Flagrancia.

 

A pesar de contar con custodia policial temporal, SC teme por su vida, especialmente por el supuesto vínculo de su agresor con la justicia. Preocupada por su seguridad, decidió hacer pública su situación. «Nadie me ha contactado para asegurarse de mi bienestar. Si él cumple lo que siempre decía sobre su influencia en la Justicia, no sé qué podría pasar», manifestó la mujer con preocupación.

 

Este atroz suceso destaca la gravedad de la violencia de género y la urgente necesidad de proteger a las víctimas, ofreciéndoles el apoyo y la seguridad necesarios para reconstruir sus vidas.

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