Un grupo de científicos ha pedido que la protección de la órbita terrestre sea un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, también llamados ‘objetivos del milenio‘, para su conservación, uso sostenible y evitar la acumulación de basura espacial.

El texto que publica la revista One Earth está firmado, entre otros, por investigadores de las universidades de Plymouth (Reino Unido); Auckland (Nueva Zelanda); Texas en Austin (EE.UU.) o del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Actualmente existen 17 ODS, adoptados por los miembros de la ONU en 2015 como un llamamiento a la acción para acabar con la pobrezaproteger el planeta para las generaciones futuras y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

El artículo indica que con el aumento del número de satélites y otros objetos que orbitan el planeta, existe una creciente preocupación de que, sin algún tipo de consenso mundial, otro de los entornos de la Tierra, corra el riesgo de sufrir cambios irrevocables.

Por ello, los firmantes proponen que la protección de la órbita terrestre sera el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 18 y recuerdan que hay unos 100 países implicados en distintos niveles de actividad espacial. Además, desde la década de 1950, se han lanzado casi 20.000 satélites.

Los satélites aportan inmensos beneficios a la sociedad, desde la vigilancia de los ecosistemas y el apoyo a las comunicaciones mundiales, hasta la facilitación de servicios utilizados por miles de millones de personas en todo el planeta, como la televisión por satélite y los pagos con tarjeta bancaria sin contacto.

Sin embargo, una vez que llegan al final de su vida útil, los expertos afirman que los satélites abandonados, las etapas de lanzamiento y los fragmentos resultantes de explosiones o colisiones pueden acumularse como desechos orbitales.

Esto aumenta las posibilidades de colisión con satélites activos, lo que no solo afectaría a su capacidad de funcionamiento, sino que también provocaría un nuevo aumento de los desechos.

Los firmantes señalan que este nuevo ODS podría inspirarse en el objetivo 14 sobre la vida bajo el agua y aprovechar las lecciones aprendidas en la gestión de los desechos marinos para prevenir otra crisis planetaria antes de que sea demasiado tarde.

Además, complementaría los ODS ya existentes que incluyen referencias a la tecnología espacial por su capacidad para apoyar una mejor comprensión de los problemas mundiales, pero no por su potencial para representar un problema futuro en sí mismo.

La investigadora Imogen Napper, de la Universidad de Plymouth, señaló que «la necesidad de proteger y conectar nuestros entornos naturales, desde el océano hasta la órbita terrestre, nunca ha sido más urgente».

Los desechos espaciales no conocen fronteras y un acuerdo respaldado por la ONU «sería un paso crucial para salvaguardar la órbita terrestre de cara al futuro».