Bermejo-Caucete se vistió de fiesta y religiosidad para celebrar el cierre de las festividades en honor a San Expedito, patrono de las causas justas y urgentes. Monseñor Jorge Lozano, destacada figura eclesiástica, se unió a la comunidad para compartir en esta emotiva ocasión.
Bajo el inspirador lema «Un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento» (Filipenses 2:2), fieles devotos y promesantes se congregaron durante diez noches, demostrando su fervor y devoción al santo.
Las calles resonaron con plegarias, peticiones y expresiones de gratitud hacia San Expedito, aquel centurión romano venerado por su intercesión. Desde diferentes puntos del país, peregrinos llegaron cargados con sus propios anhelos y agradecimientos, buscando el consuelo y la esperanza que la fe proporciona.
El domingo, día central de las celebraciones, estuvo marcado por una serie de eventos que atrajeron a participantes de diversas regiones. Agrupaciones gauchas de Caucete-San Juan y de Chepes-La Rioja, así como los danzantes de Nuestra Señora de Andacollo de Villa Krawse, enriquecieron la procesión con sus coloridos atuendos y sus danzas tradicionales.
Monseñor Lozano, en su discurso, expresó su profundo agradecimiento a todos los presentes, especialmente a aquellos que viajaron desde lejos para unirse a la celebración. En este domingo del Buen Pastor, también alentó a la comunidad a orar por las vocaciones y a mantener viva la llama de la fe.
El padre Germán Pickelny, por su parte, renovó el llamado a la colaboración y el compromiso para seguir adelante con la construcción del templo grande, el Santuario que representa un símbolo de la fe y la unidad de la comunidad.
Así, entre cánticos, oraciones y gestos de solidaridad, Bermejo-Caucete concluyó sus festividades patronales, dejando en el corazón de sus habitantes la certeza de que la fe y la devoción son pilares indestructibles que unen a las personas en momentos de alegría y de necesidad.
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