Crisis en la industria del tomate en San Juan: récord de producción, pero sin compradores y con altos costos

El cultivo de tomate en San Juan, uno de los motores económicos más importantes de la provincia, atraviesa una crisis sin precedentes a pesar de haber alcanzado niveles récord de producción en 2025.

Con más hectáreas cultivadas y rendimientos superiores al 20% respecto a los promedios históricos, los productores enfrentan una grave falta de demanda por parte de las fábricas procesadoras, lo que amenaza con hacer caer la cosecha y generar pérdidas millonarias para la economía local.

Aumentó la producción de tomate en San Juan - Revista Chacra

Un récord con sabor amargo
Este año, los productores sanjuaninos sembraron alrededor de 3.500 hectáreas de tomate, un 20% más que el año anterior, y los rendimientos también fueron más altos de lo esperado. Sin embargo, la alegría por la abundancia de la cosecha se ha visto empañada por la falta de compradores. La mayor parte de la cosecha está destinada a la industria, especialmente para la producción de pasta, salsa y puré enlatado, pero las fábricas no están recibiendo la cantidad de tomate que se había pactado.

José Luis Martín, uno de los principales productores de tomate de la región, afirmó que este año se perderá más del 20% de la cosecha debido a la escasa demanda de las fábricas. «La falta de compra de las fábricas ha generado un caos. Este año, aunque plantamos más, las fábricas no están comprando ni la cantidad que esperaban, y eso está afectando gravemente a todos los productores», explicó Martín.

La especulación y los costos al alza
Aunque los productores no tienen una respuesta clara por parte de las industrias, algunas teorías apuntan a que las fábricas están especulando con la importación de pulpa de tomate desde China, un producto de menor calidad pero más barato. También se señala la falta de inversión en maquinaria de trituración, lo que ha provocado roturas y paradas técnicas en las fábricas, retrasando la recepción del tomate que ya está listo para ser procesado.

Además, la situación se complica por el aumento desmesurado de los costos de producción. El precio de la electricidad para riego por goteo, un componente esencial de la producción, se disparó de 380.000 pesos a 3.009.000 pesos en solo un año. El gasoil, indispensable para el funcionamiento de las cosechadoras y tractores, pasó de 400 pesos por litro a 1.300 pesos en 2025. Estos incrementos, junto con el aumento en los costos de insumos como las cintas para riego y el alquiler de tierras en dólares, han dejado a los productores al borde de la quiebra.

La escasa demanda de las fábricas
La cosecha comenzó el 5 de enero, pero para el 10 de enero, las fábricas ya habían comenzado a frenar el ingreso de camiones con tomate. Empresas como La Campagnola, uno de los compradores más importantes de la región, han reducido significativamente el ritmo de recepción. Marolio solo compró lo contratado, sin aceptar excedentes, y otras fábricas más pequeñas, como La Española en San Rafael, han disminuido drásticamente sus compras, pasando de 120 «equipos» de tomate el año pasado a solo 6 en esta temporada.

Un dato alarmante también se refiere a Baggio, que este año no está adquiriendo la cantidad de tomate que se esperaba, y los productores aseguran que su interés se centra en la importación de pulpa de tomate.

El impacto en las familias sanjuaninas
Los efectos de esta crisis son devastadores, ya que la producción de tomate es una fuente clave de empleo y sustento para muchas familias en San Juan. Un productor explicó que tiene «tirados en el suelo» tomates por un valor cercano a los 200 mil dólares. «El problema es que, al tratarse de un producto perecedero, si no se recogen a tiempo, se pudren», indicó, lamentando la pérdida de una cosecha que podría haber sido clave para la economía familiar.

Un futuro incierto para el sector
San Juan es líder en rendimiento por hectárea en el cultivo de tomate, con un promedio de 100 toneladas por hectárea y máximos que llegan hasta 150 toneladas. El 95% de la superficie cultivada en la provincia utiliza riego por goteo, y el 85% de la cosecha se realiza de forma mecanizada. Sin embargo, la falta de compradores y el alto costo de los insumos amenazan con socavar la viabilidad de este sector estratégico.

Los productores temen que, si no se soluciona la falta de demanda por parte de las fábricas, la crisis podría afectar gravemente la estabilidad económica de la provincia, con pérdidas significativas de empleo y una posible caída en las exportaciones de tomate procesado.

Conclusión
La situación del cultivo de tomate en San Juan es un reflejo de un contexto más amplio de especulación en la industria y un aumento insostenible de los costos de producción. Mientras los productores esperan una respuesta de las fábricas y el gobierno, el futuro del tomate sanjuanino está en juego, y con él, el bienestar de muchas familias que dependen de este cultivo para sobrevivir.

 

 

POR LIC. EUGENIA VILA

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