El vertiginoso incremento del precio del combustible en Argentina ha transformado el traslado diario al centro en automóvil en un lujo que pocos pueden costear. En tan solo 21 meses, desde marzo de 2022 hasta la fecha, el costo de desplazarse en auto para trabajar ha escalado un 391,24%, principalmente impulsado por el aumento del 436,48% en el valor de la nafta súper.
El análisis se basa en el régimen laboral de un empleado de comercio que realiza cuatro viajes diarios al centro, abordando un vehículo naftero de gama media con un rendimiento promedio de 12 kilómetros por litro. Este aumento ha llevado el gasto mensual por combustible y estacionamiento a un asombroso valor de 74.112,50 pesos, en comparación con los 15.086,57 pesos previos.
Para este cálculo, se consideró un recorrido de 10 kilómetros desde distintos departamentos como Rivadavia, Chimbas, Rawson, Albardón o Santa Lucía. No obstante, no se incluyeron los costos de patente ni el mantenimiento mecánico del vehículo.
El precio de la nafta súper de YPF ha pasado de 116,50 pesos a 625 pesos en estos 21 meses, mientras que las tarifas de estacionamientos privados se han incrementado a aproximadamente 20.000 pesos en el radio céntrico de la provincia. Este mes, el valor de los combustibles ha subido dos veces, incrementando aún más la carga para los trabajadores.
El costo en estacionamientos puede elevarse más si se opta por el Estacionamiento Controlado (Eco), alcanzando un valor por hora de 112 pesos en el microcentro, lo que resultaría en un gasto mensual de hasta 23.296 pesos.
El transporte público también se ha encarecido, con el pasaje de colectivo subiendo un 55,92% de 38,48 a 60 pesos. Aunque sigue siendo la opción más económica, las tarifas subsidiadas podrían ajustarse por el aumento de costos.
El impacto del precio del combustible repercutirá en el transporte público de pasajeros, ya que se espera una actualización tarifaria en enero y julio. La incertidumbre prevalece sobre si se producirá un incremento de tarifas debido a los costos crecientes.
El alto costo de movilizarse en auto o incluso en transporte público ha planteado un desafío económico para aquellos que dependen de estos medios para llegar a sus trabajos diariamente, en un escenario marcado por la acelerada inflación y la devaluación del peso.
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