El BCRA confirmó que usó u$s619 millones para intervenir sobre la brecha en la primera mitad de enero
El vicepresidente del Central dijo que la prioridad es “salir de los controles e implementar la competencia de monedas”.
Sin embargo, los crecientes volúmenes de intervención, algo que ya había sido señalado, reflejan que las presiones alcistas sobre la brecha cambiaria (hoy ubicada en torno al 13,5% en el caso del CCL) son mayores en este comienzo del año.
Werning habló este lunes en Londres ante inversores, en el marco de la 11ª Conferencia Latinoamérica del BBVA. Su presentación llevó como título “Programa Económico de la Argentina (Etapa 3): la Estabilidad Interna (menores stocks monetarios y equilibrio fiscal) provee una base sólida para construir Flexibilidad Externa (mayores stocks de divisas y equilibrio de balanza de pagos)”. Allí, reafirmó el rumbo del programa económico y se refirió a los próximos pasos del BCRA y del Gobierno. La prioridad es “salir de los controles e implementar la competencia de monedas”, afirmó.
El BCRA y las expectativas de inflación
Durante su exposición, el funcionario hizo un repaso por el camino recorrido en lo que va de la gestión de Javier Milei y ponderó el impacto de las “anclas” desplegadas en el programa económico (fiscal, monetaria, cambiaria y de ingresos) que, según su análisis, evitaron «la hiperinflación». Es una línea que en el comienzo de este año el Gobierno se propone reforzar a través de la continuidad del ajuste, del incentivo al «carry trade», de la reducción del ritmo de devaluación y del techo a las paritarias.
Asimismo, aseguró que esto dio paso a un “colapso de las expectativas de inflación” entre distintos actores. En primer lugar, planteó que la percepción entre el público en general es que “la inflación ha bajado mucho y se espera que siga disminuyendo” para lo cual citó una encuesta de la consultora Poliarquía que muestra que dichas expectativas retrocedieron a niveles no vistos en dos décadas.
Respecto de las proyecciones de los analistas de la city, enfatizó que “continuaron revisándose sistemáticamente a la baja”, de acuerdo con el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) realizado por el BCRA a fines de diciembre. Según el último REM, las consultoras y bancos prevén una desaceleración continua del IPC mensual desde el 2,7% de diciembre hasta alcanzar el 1,8% en junio.
Además, recalcó que las expectativas de los inversores reflejadas en las cotizaciones de los títulos en pesos del Tesoro y de los futuros de dólar reflejan un alineamiento tanto con una importante desaceleración de la inflación como con el cumplimiento de la reducción del ritmo de devaluación mensual del 2% al 1% a partir de febrero. Con uno de los gráficos que le mostró al auditorio, celebró el optimismo de la city: indicó que la llamada “inflación breakeven” (la expectativa implícita en los rendimientos en pesos) es del 2% para enero, del 1,6% para febrero, del 1,4% para marzo y del 1,3% desde abril hasta agosto, de acuerdo con los precios vigentes al 16 de enero. La creciente intervención directa sobre los dólares financieros, a pesar de la continuidad del «dólar blend», se entiende en el marco del objetivo oficial de mantener ancladas las expectativas sobre las variables nominales.
Próximos pasos: cepo y competencia de monedas
En el último tramo de su exposición, Werning se refirió a los próximos pasos de cara a lo que el Gobierno denomina la “etapa 3” del programa. En ese punto, aseguró que las prioridades son “salir de los controles e implementar la competencia de monedas”.
El mensaje coincidió con lo que el jueves pasado planteó la propia entidad que preside Santiago Bausili al anunciar la habilitación de los pagos en dólares con tarjetas de débito (a partir de marzo) y con QR (a partir de abril) en todos los comercios del país, una medida que enmarcó en el camino a la “competencia de monedas”.
Lo cierto es que hay coincidencia entre economistas de que hablar de una real competencia de monedas mientras exista cepo cambiario no tiene mucho sentido. También, como se contó, hay sintonía entre analistas respecto de que uno de los objetivos de corto plazo de esa medida es intentar mantener dentro del sistema los depósitos en dólares (que se incrementaron con fuerza a causa del blanqueo), ya que son el plafón necesario para impulsar la generación de créditos en moneda extranjera al sector privado, una de las fuentes principales de oferta de divisas durante los últimos meses que le permitió al BCRA sostener un importante saldo comprador.
Algo de eso pareció sugerir Werning en su presentación. Allí, sostuvo que los “ingresos de la cuenta de capital (emisiones corporativas y repatriación de hogares) respaldarán la cuenta corriente”, que en los últimos meses se volvió deficitaria a raíz del boom de turismo al exterior, ente otros factores, estimulado por la creciente apreciación cambiaria.
El funcionario indicó que, con esos próximos pasos, se buscará avanzar en una “mayor flexibilidad externa”. Aunque planteó que, de cara al levantamiento del cepo, existen algunas condiciones, como la reducción de la inercia inflacionaria y el fortalecimiento de las reservas del BCRA, dos puntos que vienen marcando tanto Luis Caputo como Javier Milei.
La realidad es que, tras la última compra de divisas (por más de u$s835 millones) que el Tesoro le realizó al BCRA de cara a los próximos vencimientos de deuda, las reservas netas volvieron a quedar en terreno negativo por más de u$s10.000 millones, si se las mide de acuerdo con la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI), que excluye los vencimientos de Bopreal de los próximos 12 meses y los depósitos del Gobierno.
El Gobierno apuesta a que una de las fuentes claves de recomposición de las reservas, necesaria para acercarse al levantamiento del cepo, provenga del nuevo programa que hoy se negocia con el FMI. Tras la reunión entre Milei y Kristalina Georgieva, titular del organismo, se conoció que una misión del Fondo arribará a Buenos Aires la próxima semana con el objetivo de acelerar las discusiones.
Con el impulso que representa la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, la gran duda pasa por conocer qué condiciones pondrá el FMI para habilitar un mayor endeudamiento (se habla de unos u$s11.000 millones). Sobre todo, en materia cambiaria. Es que el Gobierno quiere reforzar las reservas para salir del cepo pero también para apuntalar su esquema cambiario, que incluye la apreciación (utilizada para contener la inflación). En Washington consideran que el tipo de cambio debería ser más alto. ¿Puede haber un acuerdo que no incluya una devaluación?
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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