Después de dos semanas de incendios en California, este miércoles se desató uno nuevo al norte de Los Ángeles. Las llamas se propagaron vorazmente, consumiendo más de 2 mil hectáreas en dos horas. Las autoridades emitieron miles de órdenes de evacuación para la costa oeste de Estados Unidos.

La evacuación afecta a unas 19 mil personas que viven alrededor del lago Castaic, 60 kilómetros al norte de Los Ángeles, y que se encuentran cerca de la ciudad de Santa Clarita. «Estoy rezando porque nuestra casa no se queme», imploró un residente de la zona mientras guardaba sus cosas en el auto. El fuego es avivado por los fuertes y secos vientos de Santa Ana. Aunque son comunes en esta época, tomaron intensidad esta semana y esparcieron columnas de humo y brasas. Además, la región vive una seca temporada de lluvias.

El departamento de policía de Los Ángeles llamó a los ciudadanos a acatar las órdenes de evacuación y abandonar la zona amenazada por las llamas de inmediato. «Hemos visto la devastación causada por la gente que se recusó a obedecer estas órdenes en los incendios Eaton y Palisades», advirtió Robert Jensen, un policía local, recordando los incendios forestales del sur de California que arrasaron vecindarios enteros en Pacific Palisades y AltadenaEsos incendios se han cobrado al menos 28 vidas y redujeron a cenizas a miles de estructuras en la región.

Los bomberos de Los Ángeles y del departamento forestal combaten las llamas por tierra. Mientras que otros equipos atacan por aire, con helicópteros y otras aeronaves lanzando agua y retardante en la región.