Empresarios locales se preparan para posibles cortes de energía en verano

Con la llegada del verano y las declaraciones del Jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, los empresarios sanjuaninos se encuentran en alerta ante la posibilidad de cortes de energía.

Si bien inicialmente los afectados serían los grandes usuarios, quienes tienen contratos directos con Cammesa, existe la preocupación de que estos cortes puedan extenderse a usuarios comunes. Ante esta situación, la Federación Económica de San Juan solicitó priorizar los horarios comerciales y productivos por sobre el uso residencial.

El país enfrenta una baja en la oferta de energía eléctrica y un incremento en la demanda debido a las altas temperaturas previstas. Esto ha llevado al gobierno nacional a planificar un esquema de cortes programados. El Director de Recursos Energéticos de San Juan, José María Ginestar, explicó que los primeros afectados serían las industrias electrointensivas, en un intento por evitar una sobrecarga del sistema que podría causar fallas graves, como un blackout.

Representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Unión Industrial de San Juan (UISJ) están dialogando con las autoridades nacionales para reducir el impacto en las empresas, proponiendo alternativas como respetar a las industrias de proceso continuo o coordinar las tareas de mantenimiento en los horarios de mayor demanda.

Por su parte, Dino Minozi, presidente de la Federación Económica de San Juan, indicó que pedirán que los cortes no se realicen durante los horarios pico de los comercios, productores agrícolas e industrias, para evitar daños productivos.

Aunque San Juan tiene una capacidad instalada de energía propia entre diques y paneles solares, esta no es suficiente para reemplazar completamente las fuentes tradicionales, por lo que la provincia sigue dependiendo del sistema interconectado nacional, que está en riesgo.

Riesgo de blackout y sistema al límite

El plan de cortes surge tras la confirmación de que la central nuclear Atucha II saldrá de funcionamiento para un mantenimiento que podría durar hasta dos años. A esto se suma la posibilidad de una nueva sequía en el Río Paraná, lo que reduciría la producción hidroeléctrica, junto con las altas demandas esperadas por el calor extremo. Si estos factores no se gestionan adecuadamente, podría ocurrir un blackout, un evento raro pero posible, como el que afectó al país en 2019, desconectando a Argentina, Paraguay y Brasil.

 

 

Op: Juan Llarena

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