Exposición al sol: cómo cuidar nuestra piel de los rayos ultravioletas según nuestro ADN

En plena temporada de verano, una investigación científica arrojó que las diferencias genéticas entre las personas también desempeñan un rol importante en la variabilidad de la sensibilidad al sol.

En plena temporada de verano, con las altas temperaturas, la pileta, las posibles vacaciones y el aumento de actividades al aire libre, nos exponemos más al sol. Aunque en ocasiones el cielo esté nublado, los rayos UV siguen afectando nuestra piel, generando un peligro para nuestra dermis. Por esta razón, resulta crucial comprender nuestra predisposición a la sensibilidad a los rayos ultravioletas, con el fin de protegernos prevenir posibles enfermedades.

Verano 2024 a puro sol: efectos de los rayos ultravioletas y medidas preventivas

Si bien la luz solar es beneficiosa para mejorar nuestro estado de ánimofortalecer nuestro sistema inmunológico y disminuir la presión arterial, hay que considerar determinadas costumbres para evitar los resultados desfavorables de tomar sol. A pesar de que está demostrado que las personas con piel clara tienen mayor sensibilidad al sol que quienes tienen piel oscura, nuestros cuerpos necesitan defenderse de los rayos ultravioletas de igual manera.

Ante la exposición por breves periodos de tiempo, la piel puede experimentar enrojecimiento, agrietamiento, disminución de la inmunidad y bronceado. Así como también una exposición prolongada, puede llevar al envejecimiento prematuro de las áreas afectadas y aumentar el riesgo de cáncer de piel. La investigación científica indica que las diferencias genéticas entre las personas también desempeñan un papel en la variabilidad de la sensibilidad al sol.

¿Qué debemos hacer para protegernos de los rayos ultravioleta?

Entre las medidas que se pueden adoptar para prevenir las malas consecuencias de la exposición, los médicos recomiendan exponerse a los rayos ultravioletas durante el día solo 15 minutos, antes o después del mediodía. También es importante evitar tomar sol entre las 10 y las 16, usar sombrerolentes de sol con protección UV ropa que cubra la mayor parte de nuestro cuerpo.

Asimismo, es recomendable mantenerse a la sombra el mayor tiempo posible y proteger las zonas expuestas de la piel, utilizando un protector solar de factor 30 o más y aplicarlo nuevamente, pasadas las dos horas. En ese contexto, es imprescindible ingerir 2 litros de agua por día para evitar la deshidratación.

Conociendo mi genética, ¿puedo tomar mejores medidas de prevención?

Sí, el ADN de cada persona revela información única del cuerpo, es por ello que podés conocer tu sensibilidad al sol estudiando un gen llamado MC1R, ubicado en el cromosoma 16, el cual trabaja en la regulación del pigmento melanina, que le da color a la piel.

Los cambios en su función disminuyen la producción de melanina, lo que genera tonos de piel más claros, una menor capacidad de bronceado y un mayor riesgo de sufrir quemaduras solares. Las personas que poseen el alelo T en el marcador rs1805007 en este gen presentan una predisposición a una mayor sensibilidad a los rayos ultravioleta.

En ese sentido, descubrir las características y predisposiciones de la propia piel es posible a partir del Test de Bienestar que ofrece Genera. Ricardo di Lazzaro Filho, médico y socio fundador y co-CEO del laboratorio latinoamericano especializado en genómica personal, aseguró que «a través del panel, podés comprender de qué manera tu genética puede afectar el cuidado de tu piel. Diversas características cutáneas están vinculadas a tu ADN, incluyendo el riesgo de desarrollar acné, sufrir fotoenvejecimiento y experimentar la aparición de manchas y arrugas«.

«Al conocer tu genética, obtendrás insights sobre las principales necesidades de tu piel. Además, factores ambientales como el clima, el uso de medicamentos y otras predisposiciones genéticas pueden influir en las características de tu piel. Esta información es clave para tomar acciones y comportamientos asegurando una protección adecuada para la piel en todo momento”, concluyó.

Fuente: ÁMBITO

Por: Graciela Herrera

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