Hunter Biden ha sido declarado culpable de los tres cargos de delitos graves relacionados con la compra de un revólver de manera ilegal en 2018. Según el jurado compuesto por 12 ciudadanos de Delaware, el hijo del presidente estadounidense mintió en un formulario cuando compró un arma de fuego al decir que no consumía drogas ilegalmente ni era adicto a ellas.
Al saber lo que le esperaba, mostró poca sorpresa cuando se leyó el veredicto. Después de la lectura, abrazó a sus dos abogados y sonrió tímidamente. La primera dama, Jill Biden, llegó al tribunal minutos después de que el jurado emitiera su veredicto y no estaba en la sala cuando se leyó.
De esta manera, el hijo del presidente de Estados Unidos podría enfrentar hasta 25 años de prisión, aunque es común que los delincuentes primerizos no reciban la sentencia máxima, y aún no está claro si la juez a cargo del caso, que no ha fijado fecha para la sentencia, lo condenará a prisión.
Los delitos
Durante la investigación del FBI, salió a la luz un documento de la agencia federal de armas (ATF) donde se registra que Hunter Biden, cuya firma aparece en la hoja, mintió en un formulario para comprar un arma de fuego en 2018.
El Formulario 4473 es un documento federal que cualquier persona en Delaware que quiera comprar un arma debe llenar, el cual luego es enviado al FBI y al ATF donde se realiza una verificación de antecedentes penales para determinar si la persona puede acceder al arma o no.
En la foto se puede ver que Hunter Biden miente en la pregunta 11e: respondió “No” a la pregunta “¿Es usted un usuario ilegal o adicto a la marihuana o cualquier depresivo, estimulante, narcótico o cualquier otra sustancia controlada?”.
Es de público conocimiento que Hunter Biden ha luchado contra la adicción a las drogas durante gran parte de su vida adulta, incluso habiendo sido dado de baja de la Marina en 2014 después de dar positivo en una prueba de drogas.
Esto quedó constatado de manera legal, ya que el hijo del presidente fue detenido por la policía con una pipa de crack en su automóvil en 2017, y un asaltante le apuntó con un arma mientras intentaba comprar cocaína en Los Ángeles en 2016, según registros de la policía.
Además, se sabe por las fotos encontradas en su computadora portátil que Hunter en 2018 todavía era un drogadicto, especialmente adicto a la marihuana y a la cocaína. Es por eso que el fiscal a cargo del caso tuvo suficiente evidencia para demostrar ante un tribunal que el hijo de Biden mintió en el formulario.
La Fiscalía lo imputó a Hunter Biden por dos cargos de declaraciones falsas en sus formularios federales para la adquisición de armas y uno de posesión de un arma de fuego ilegal mientras era adicto a drogas ilícitas.
Cabe aclarar que mentir en un formulario de una agencia federal es un delito grave cuya condena está estipulada en 10 años de prisión y como mínimo una multa de 250.000 dólares, y la posesión ilegal de un arma tras haber mentido en dicho formulario, agrega una condena de 15 años de prisión y otros 400.000 dólares en multas.
El formulario fraudulento se entregó en el Registro de Transacciones de Armas de Fuego de Delaware, según publicó el medio POLITICO, que reveló que Biden compró un revólver .38 el 12 de octubre de 2018.
POLITICO obtuvo copias del registro y aseguró que el Servicio Secreto intervino en su favor para que el permiso para comprar un arma sea otorgado con rapidez. Si bien su padre en ese momento no estaba más en la Casa Blanca, el Servicio Secreto sigue trabajando para la familia presidencial o vicepresidencial hasta 20 años después de que terminen sus funciones.
Según reveló el comerciante Ron Palmieri a POLITICO, agentes del Servicio Secreto se acercaron al dueño de la tienda StarQuest Shooters & Survival Supply, donde Hunter compró el arma, y le pidieron que se hiciera cargo de los trámites relacionados con la venta.
Posesión de un arma ilegal y violencia de género
El tercer cargo que presentó el fiscal Weiss es quizás el más preocupante, ya que la situación no quedó en solamente una compra ilegal de un arma. El 23 de octubre de 2018, tan solo 11 días después de la compra, Hunter tuvo una feroz pelea con su novia de aquél momento, Hallie Biden, la viuda de su difunto hermano, Beau Biden.
Según los reportes policiales, Hunter amenazó o golpeó a Hallie con el arma comprada ilegalmente mientras estaba bajo los efectos de la cocaína. No está claro en los documentos, pero lo que sí está muy claro es que después del extraño incidente, Hallie tomó el arma de Hunter, se subió a un auto, manejó hasta la cercanía de una escuela y la arrojó a un tacho de basura detrás de un restaurante.
Se desconoce qué motivó a Hallie a hacer lo que hizo, pero en el reporte policial dice que llegó a temer por su vida. Sin embargo, también declaró ante la policía que unas horas después recapacitó y quiso ir a buscar el arma, pero ésta ya había desaparecido.
La policía de Delaware comenzó a investigar el hecho, preocupados porque el tacho de basura estaba frente a una escuela secundaria y que el arma desaparecida podría usarse en un delito o en un tiroteo escolar, según se puede ver en una copia del informe policial obtenido por POLITICO.
Sin embargo, la causa se cerró poco tiempo después, bajo la caratula de “no procedente”. Según fuentes policiales consultadas por POLITICO, al no haber un damnificado no se pudo seguir con la investigación.
Es claro que para la familia Biden hay dos mundos: el mundo de la política, donde son extremadamente progresistas y están en contra de la tenencia de armas, pero después hay un mundo privado, que poco a poco va saliendo a la luz, donde todo está permitido y donde el Gobierno trabaja para garantizarles impunidad. Pero esta impunidad parece estar llegando a su fin.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario
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