Un sismo de Magnitud 4,8° registrado en San Juan, Argentina, puede ser percibido como fuerte por las personas debido a su ubicación superficial (apenas 7 kilómetros) y su intensidad medida en la Escala Mercalli. A pesar de esto, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) lo catalogó como de «Intensidad media» en grado IV en la Escala Mercalli.
La Escala Mercalli se utiliza para medir la intensidad de un sismo en función de los efectos que causa en las personas y estructuras en un área determinada. La intensidad «medio» de grado IV significa que el sismo se percibe en el interior de los edificios y se reconoce como un sismo. Los objetos colgantes oscilan, las puertas y ventanas crujen y se perciben vibraciones similares a las ocasionadas por el paso de un camión pesado. En el grado IV, en la parte superior de esta categoría, se pueden observar efectos como el crujir de cabriadas y paredes de madera y el tintineo de vasos y loza.
Es importante tener en cuenta que la Escala Mercalli va desde I a X, siendo X el grado máximo de intensidad. Por lo tanto, un sismo de grado IV es de intensidad media, lo que implica que, aunque pueda asustar a las personas y causar algunos daños menores en estructuras, no representa un peligro significativo en términos de sismicidad extrema.
Es normal que la percepción del sismo pueda ser más alarmante que la magnitud en la Escala de Richter o en la Escala de Momento sísmico, ya que la intensidad se relaciona directamente con cómo afecta a las personas y las construcciones en la zona afectada. Sin embargo, es fundamental seguir las recomendaciones de los organismos de prevención y preparación ante sismos para garantizar la seguridad de las personas y minimizar los daños en infraestructuras.
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