Los científicos afirman que Rusia se está calentando al menos 2,5 veces más rápido que el resto del mundo, derritiendo la tundra helada que cubre cerca del 65% de la masa terrestre del país y liberando gases de efecto invernadero almacenados en el suelo congelado.
Y aunque puede atraer a los turistas, su expansión es «una señal de peligro», afirma Nikita Tananayev, investigador principal del Instituto Melnikov de Permafrost de Yakutsk.
«En el futuro, con el aumento de las temperaturas y la mayor presión antropogénica, veremos cómo se forman cada vez más megabaches de este tipo, hasta que desaparezca todo el permafrost», dijo Tananayev a Reuters.
El deshielo del permafrost ya ha amenazado a ciudades y pueblos del norte y el noreste de Rusia, abombando carreteras, partiendo casas e interrumpiendo oleoductos y gasoductos. Los grandes incendios forestales, más intensos en las últimas temporadas, agravan el problema.
Los científicos no están seguros del ritmo exacto de expansión del cráter Batagaika. Pero Tananayev afirma que el suelo bajo el derrumbe, de unos 100 metros de profundidad en algunas zonas, contiene una «enorme cantidad» de carbono orgánico que se liberará a la atmósfera a medida que se descongele el permafrost, agravando aún más el calentamiento del planeta.
«Con el aumento de la temperatura del aire, podemos esperar que (el cráter) se expanda a un ritmo mayor», afirmó. «Esto provocará un calentamiento climático cada vez mayor en los años siguientes».
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Ámbito
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