JAVIER MILEI SUMÓ UNA NUEVA CONDICIÓN QUE PODRÍA DEMORAR AÚN MÁS LA ELIMINACIÓN DEL CEPO AL DÓLAR

El levantamiento de los controles cambiarios podría no suceder en 2024, según el escenario actual que observan en despachos oficiales y analistas del mercado. La clave está en la relación de pesos y reservas en el BCRA

El presidente Javier Milei�sumó este martes una nueva condición que tendrá en cuenta el Gobierno antes de eliminar el cepo cambiario, en medio del la presión sobre los dólares paralelos y el recalentamiento de la brecha cambiaria. El mandatario detalló que la inflación debe llegar primero a niveles cercanos a cero para converger con una devaluación�del tipo de cambio oficial en esa magnitud, antes de avanzar con la liberación de ese mercado.

Se trata de un requisito que aleja la posibilidad de desarmar las restricciones al dólar en 2024, según proyecciones oficiales y privadas. Se suma al exceso de pesos, las dudas del mercado sobre la sostenibilidad del ajuste, los próximos vencimientos de deuda y la escasez de reservas en el Banco Central.

Fiel a su estilo, Milei dio esa definición de política económica a través de un posteo en su cuenta oficial de X tras la pregunta del periodista Lucas Morando sobre si en los próximos 90 días podría avanzarse en levantar los controles cambiarios. “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto…Terminar con los pasivos remunerados, Terminar con los PUTs y convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual…”, respondió el mandatario.

La novedad responde al último punto que señaló el Presidente. Milei había detallado, a finales de junio, en declaraciones televisivas, que el ritmo del crawling peg (deslizamiento del dólar oficial) se reducirá desde el 2% actual al 1% una vez que la inflación núcleo, hoy en la zona del 3,5%, llegue al 1% mensual. Esa paridad debería tender a cero una vez que los precios minoristas se mantengan prácticamente invariantes.

Ahora anticipó que esa secuencia será, al igual que la resolución del frente de los pesos que ante una eventual liberalización podrían presionar sobre la brecha cambiaria, un paso previo para el desarme del cepo. Una de las principales críticas al programa económico oficial es la apreciación del peso en términos reales, ya que el 2% de devaluación está por debajo del avance de la inflación.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, suelen repetir en público pero también en privado que en el corto plazo no habrá cambios en la política cambiaria. “No se toca nada”, es la premisa que sostiene el equipo económico. En el Palacio de Hacienda y la autoridad monetaria, ante la consulta de Infobae, no quisieron hacer comentarios sobre los dichos de Milei.

En paralelo, los equipos de Caputo y Bausili comenzaron a conversar con el Fondo Monetario Internacional (FMI)�un marco general para avanzar en el desarme del cepo, que esperan tener listo a fin de mes. El diálogo entre Buenos Aires y Washington existe, pero el equipo económico argentino aclara que no hay fechas definidas, sino la intención de establecer “parámetros” objetivos para identificar en qué momento se podría dar ese paso y no quedar en riesgo de un rebote inflacionario.

Las variables claves a tener en cuenta para el Gobierno son la relación entre la deuda en pesos a corto plazo, tanto del Tesoro como del BCRA, y los niveles de reservas internacionales. “Los mercados deben estar en equilibrio”, suelen explicar en despachos oficiales.

En conjunto con el Ministerio de Economía y la autoridad monetaria, la Comisión Nacional de Valores (CNV), presidida por Roberto Silva, tiene identificadas las regulaciones en las que hay mayor urgencia por levantar. Estás tienen que ver con el mercado de bonos, en particular de los que forman parte de la operatoria para el dólar contado con liquidación (CCL).La volatilidad de estas últimas semanas alejan la posibilidad de desandar ese camino.

El equipo económico también buscará avanzar en la implementación de las nuevas Letras Fiscales de Liquidez (LFL)�que reemplacen a los pases pasivos de la autoridad monetaria (pases) y así terminar con una fuente de emisión como es el pago de intereses de la deuda remunerada de la autoridad monetaria. Este anuncio de Caputo y Bausili se precipitó para el viernes 30 de junio ante ruidos en el mercado tras las declaraciones de Milei sobre que se pondría en marcha un nuevo régimen monetario.

Para los analistas, la salida de los controles cambiarios se encuentra lejos y difícilmente pueda darse este año. La principal condición que falta, según el director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, es un shock de fondos frescos en las arcas del BCRA. Caputo pide al FMI un programa que contemple ese “refuerzo” pero el organismo pide señales de tasas positivas y un tipo de cambio más alto.

“Las reservas tienen que ser suficientes para enfrentar las demandas del mercado, más si tenemos en cuenta que este Gobierno no tiene crédito. Por el lado de los pesos, tampoco está claro que el canje de pases por deuda del Tesoro no pueda generar presión si comienza a complicarse el roll over�de la deuda”, comentó el director de Eco Go, Sebastián Menescaldi.

“Si vos salís de los controles de capital primero hay que ver a qué tipo de cambio es esa salida en el marco de una brecha cercana al 50%, es decir, que ahora no hay un precio de equilibrio. Otro punto relevante es tener las reservas suficientes para afrontar una corrida en caso de un shock interno o externo que desancle las expectativas. El proceso va a tardar al menos entre seis y ocho meses más”, sostuvo el presidente de Romano Group, Alfredo Romano.

Al respecto, el director de Analytica, Claudio Caprarulo, comentó: “Milei lo que transmite es una preocupación por el excedente de pesos que aún existe en la economía respecto a su demanda, de levantar el cepo esa liquidez puede trasladarse al dólar rápidamente generando que el equilibrio por precios se produzca con un tipo de cambio muy alto. La solución que parece esbozar el equipo económico es generar rendimientos en pesos que disminuyan ese comportamiento a la par de incrementar la oferta de dólares por caso mediante el RIGI, el blanqueo y el FMI”.

“Mas allá de esa declaración en particular del presidente, en general diferentes autoridades del gobierno manifiestan que no están dadas las condiciones para desarmar el cepo cambiario. Comparto ese diagnóstico. La discusión central creo que debe ser sobre qué esquema de controles de capitales necesita la Argentina y el camino a recorrer para llegar ahí. Siendo que el actual esquema frena la inversión y el funcionamiento normal de la economía”, agregó el economista.

El frente de las reservas será un problema para el Gobierno en los próximos meses. Bausili recordó recientemente que está previsto con el FMI un tercer trimestre en el que se perderán unos USD 3.000 millones. De hecho, el pago a bonistas de este lunes implicó una vuelta al terreno de reservas netas negativas, luego de haber comprado hasta mayo unos USD 12.000 millones.

Este mes también caerán pagos por USD 640 millones al FMI para terminar de cancelar el capital del Stand By de 2018, los primeros vencimiento del Bopreal 2 por unos USD 167 millones.

Así, este mes tendrá pagos totales que impactarán en reservas por USD 3.800 millones. Julio queda así como la instancia más exigente para las arcas en términos de pago de deuda, ya que luego habrá, como máximo, obligaciones por algo más de USD 1.400 millones en diciembre, explicado principalmente por vencimientos con otros organismos internacionales, excluido el Fondo Monetario. El 2025 viene con mayor exigencia en materia de compromisos en moneda extranjera.

Fuente: Infobae

Rivero. C

Los comentarios están cerrados.