Jogging vs. running: pros y contras de las formas de correr

Hay bastantes diferencias técnicas entre el jogging y el running, aunque, en realidad, la diferencia básica será la que marca la intensidad de la carrera: el jogging consiste en trotar de forma lenta, pausada y constante, pero sin afán de superación ni con la intención de entrenarse para una competición, el running se practica con más intensidad y otro ritmo de competencia.

El boom del jogging llegó en la década de 1960 y 1970 en Estados Unidos y la realidad es que, desde sus inicios hasta ahora, se consolidó como una práctica más social y menos ambiciosa, aunque eso no le resta beneficios potenciales.

Cuando hablamos de jogging, nos estamos refiriendo a una práctica deportiva en la que la persona también corre, pero lo hace de forma más lenta y pausada. El jogging consiste en correr a un ritmo lento y constante para conseguir hacer deporte y estar más saludable, explicó José María Bueno, especialista español en medicina del deporte. En tanto, añadió que los runners se marcan metas y objetivos para superarse y conseguir mejorar sus marcas. Por lo tanto, los joggers son deportistas que tienen como objetivo hacer deporte y estar sanos, en cambio, los runners se preocupan por su rendimiento, su evolución y su resistencia.

Beneficios del jogging.

Aunque el reto no sea el de participar en una carrera o hacer la media maratón, el jogging puede ser un objetivo en sí mismo. No obstante, el especialista dijo que si se viene de haber sido muy sedentario, lo ideal es empezar caminando y recién más tarde comenzar a hacer jogging que tiene grandes beneficios, especialmente a nivel físico: Mejora la resistencia aeróbica, lo que significa que haremos nuestro corazón más fuerte, haciéndolo funcionar de una manera más eficiente acostumbrándolo a realizar actividades físicas durante períodos de tiempo más largos con poco esfuerzo y poca fatiga. Mejora el sistema cardiovascular. Correr es un esfuerzo y el corazón responde bombeando más sangre al organismo.

Aumenta la densidad ósea, fortalece huesos y articulaciones, lo que lleva a ser un mejor sostén para el individuo. Diferencias entre jogging y running Según Vicente Javier Clemente, profesor de Entrenamiento en la Universidad Europea, cuando hablamos de jogging o de running, estamos refiriéndonos a un mismo movimiento de traslación cuya única diferencia es la intensidad a la que lo realizamos. Cuanta más intensidad le demos a la carrera, más nos alejaremos del jogging, aunque activaremos el metabolismo anaeróbico y esa concentración de ácido láctico hará que ganemos masa muscular. Si la intensidad del entrenamiento es aeróbico, estaremos ganando resistencia cardiovascular, entonces:

Jogging: se centra en generar resistencia del sistema energético aeróbico (producir energía con oxígeno). Running: debido a la mayor intensidad del entrenamiento, los músculos trabajan más y es entonces cuando entra en juego el umbral láctico (ácido láctico en el torrente sanguíneo). Superado ese umbral, el cansancio se incrementa. Además, también hay algunas diferencias en la técnica a la hora de realizar. Por ejemplo, los joggers suelen balancear el pie en el suelo, sin esforzarse demasiado en la técnica de la pisada. En cambio, los corredores saben que la pisada es determinante. En el jogging, se mantienen los brazos delante del cuerpo, mientras que los runners los balancean.

Los que hacen jogging suben poco las rodillas, así, al reducir el movimiento se conserva más energía para trotar más tiempo. Con el jogging no se pierde peso, a diferencia del running, que te ayuda a ganar músculo y a perder grasa. Así, la delgada línea que separa una práctica de otra se llama intensidad y será la que marque la diferencia, no solo en el esfuerzo empleado sino también en los beneficios obtenidos.

Fuente: TN

Por: Graciela Herrera

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