La canasta básica de un jubilado ya se acerca a los $800.000 y cuadruplica el haber mínimo

La disminución del poder adquisitivo como resultado a la inflación y la falta de actualización de salarios afecta fuertemente a los sectores que menos tienen y, sin dudas, según las estadísticas, los jubilados son los más perjudicados porque sus gastos suben mes a mes más que los de otros ciudadanos y el haber mínimo que perciben se encuentra en los $206.000, incluido el aumento del 8,8% de junio.

Este número es una ironía más de la Argentina actual si se tiene en cuenta que la Canasta Básica de los Jubilados, elaborada por la Defensoría de la Tercera Edad, alcanzó un valor de $685.041 en la última medición, que data de marzo. Ese valor escaló en los últimos 12 meses un 239% (marzo/23 vs. marzo/24), por encima del nivel de inflación general para el mismo mes, que fue del 287,9%.

Pero la escalada de precios sigue su rumbo, aunque desacelera lentamente, y según cálculos realizados por Ámbito, el costo de la canasta de un jubilado pasará de valer $685.000 en marzo a más de $800.000 en mayo. Esto, teniendo en cuenta que el dato de inflación de abril fue del 8,8% y el esperado para el quinto mes del años ronda el 5%.

Los jubilados, un sector más vulnerable que otros

Incluso, hay que tener en cuenta que el incremento mensual habitual del gasto promedio de un adulto mayor supera el de otros sectores etarios porque incluye elementos más inflacionarios y costosos como los medicamentos. Así, es probable que el dato de mayo se acerque a los $900.000 o los supere, pero eso se verá con los datos oficiales sobre la mesa. Lo que estamos en condiciones de afirmar con las cifras preliminares es que, sin dudas, la jubilación mínima actual equivaldría, cuanto menos a la cuarta parte del gasto de la canasta de las personas de la tercera edad en mayo.

Es por eso que Hernán Letcher, economista, comenta a Ámbito que los mayores incrementos se dieron en medicamentos y subsidios de servicios, impactando especialmente a los jubilados y sectores de ingresos medios y bajos. En tanto, el abogado previsional, Christian D’alessandro, desliza en diálogo con este medio que, el costo de la canasta básica de los jubilados, según la Defensoría de la Tercera Edad, está por encima de los $680.000. Algo muy diferente a lo que estima el INDEC de la canasta básica en general, que son unos doscientos y pico de mil pesos.

D’alessandro sostiene que esos $200.000 aproximadamente expone la diferencia de que «no hay estudios relativos y bien medidos referentes a los adultos mayores o las personas mayores a nivel nacional», porque la Defensoría de la Tercera Edad lo que hace es un relevamiento de los grandes centros urbanos como Buenos Aires, Gran Rosario y otros, mientras que el INDEC es a nivel nacional, pero no se condice con la realidad de un jubilado que hoy está atravesando situaciones difíciles, por ejemplo, «no poder comprar los remedios».

El problema de los medicamentos para los adultos mayores

Asimismo, el letrado sostiene que los jubilados ya ni siquiera pueden acceder a los remedios con descuento que tiene el PAMI. Eso hace más difícil el panorama. «La situación es extremadamente delicada», asegura, y advierte que «estamos en un proceso que si no se corrige en el próximo mes, va a terminar en una situación catastrófica, donde los mismos jubilados van a empezar a hacer fuerza para terminar con la situación y lo estamos viendo en las concentraciones que se están haciendo por ejemplo en el día de ayer en el Congreso».

Si bien los jubilados son una parte de la población, ya que, en total, hay en Argentina 20 millones de trabajadores y 6 millones de jubilados y pensionados, que tienen serios problemas para llegar a fin de mes. El deterioro del bolsillo se ve reflejado en la serie de indicadores negativos del consumo general: el último informe sobre el consumo doméstico de bienes y servicios mostró una caída del 4,5% en comparación con el año anterior. La razón es que el ingreso nominal promedio de los hogares argentinos se redujo un 18% en términos reales hasta esa fecha. Para afrontar esta situación, el 56% recurrió a sus ahorros para cubrir gastos corrientes y el 39% aumentó sus horas de trabajo para mantener el nivel de ingresos del año pasado.

Un ajuste de la jubilación es necesario

En ese contexto, las jubilaciones están en niveles paupérrimos y se presentó un proyecto de ley de la oposición que modifica la fórmula de movilidad jubilatoria y que fue aprobado en la Cámara de Diputados, aunque Javier Milei avisó que vetará en caso de que el Senado la convierta en ley. La fórmula de la nueva ley, explica Letcher, evita que los jubilados pierdan frente a la inflación, «pero tampoco permite que ganen, congelando la situación actual«.

Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la fórmula, al basarse en datos anteriores, no refleja el incremento significativo de la inflación, resultando en una pérdida para los jubilados, cuya recuperación está limitada por la evolución inflacionaria.

Sin embargo, cabe destacar que esta iniciativa es sustancialmente más beneficiosa y contemplativa de la crisis económica que la que el Gobierno utiliza y más equitativa respecto de la que quiere imponer y apunta a crear una fórmula de movilidad que repare el brutal ajuste de estos meses.

Entre otros puntos, esta nueva fórmula plantea que el haber mínimo no debe ser menor al valor de una canasta básica de adulto mayor, que actualmente es de $285.000, según el INDEC. Contempla un pago extra de 8% para alcanzar el 20,6 de la inflación de enero. El gobierno solo había dado 12,5 aplicando su índice de movilidad jubilatoria. Y la evolución de las jubilaciones quedaría atada al Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la inflación, y a los salarios promediados en el índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE). La actualización se aplicará de manera semestral y establece un aumento adicional una vez al año.

Fuente: ÁMBITO

Por: Graciela Herrera

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