La inflación mayorista se desaceleró al 2,1% mensual en agosto, el menor nivel desde mayo de 2020

La inflación mayorista se desaceleró al 2,1% mensual en agosto, el nivel más bajo desde mayo de 2020. Esta merma respondió en buena parte a la performance de los productos primarios nacionales, en un contexto de caída de los precios internacionales en el agro y el sector energético.

Este martes el INDEC informó que el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró su variación más acotada desde el peor momento de la pandemia de Covid-19, cuando el comercio tanto a nivel local como global estaba paralizado. En julio el referencial había registrado un alza de 3,1%.

Federico Furiase, economista miembro del equipo del ministro Luis Caputo, sostuvo que el dato responde al «crawling (ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial) del 2% mensual funcionando como ancla nominal, en contexto de superávit fiscal y estricto control de la cantidad de dinero, mientras se corrigen tarifas y se recuperan los salarios reales».

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Particularmente resaltó la desinflación en productos primarios de origen local. En productos agropecuarios los precios pasaron de aumentar 7% en julio a 2,5% en agosto, mientras que la desaceleración en petróleo y gas se dio desde el 3,3% hasta el 1,8%.

El economista de la consultora Ledesma y de Outlier, Gabriel Caamaño, explicó que la mayoría de los bienes quen componen el IPIM «toma una foto» al 15 de cada mes. En ese sentido, el derrumbe de los precios internacionales de los commodities tuvo una gran incidencia en la desaceleración del octavo mes del año; por ejemplo, entre el 15 de julio y el 15 de agosto la soja se desplomó más de 16%, mientras que el petróleo sufrió una baja de 4,7%.

Por su parte, Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, expresó en diálogo con Ámbito que «no fue tan significativa la desaceleración del IPIM» y adjudicó el dato del índice general al hecho de que «los bienes están subiendo al ritmo del crawling».

Por otra parte, las manufacturas industriales domésticas treparon 2,2%, medio punto porcentual por debajo de la cifra registrada en el mes previo.

Asimismo, los productos importados aumentaron apenas 0,2%. Vale remarcar que en este segmento los precios pegaron un extraordinario salto del 80% tras la devaluación de diciembre, pero luego mostraron mayor calma, llegando incluso a exhibir deflaciones en marzo y mayo.

En la única división relevante donde se verificó una aceleración de la inflación fue en alimentos y bebidas, ya que aquí los precios aumentaron 3,4%, cuando en julio habían arrojado un alza de 2,5%.

La inflación minorista se había acelerado en agosto

La semana pasada el INDEC había informado que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 4,2% en agosto, por encima del 4% de julio y del 3,9% que esperaban la mayoría de los analistas del sector privado.

La aceleración fue impulsada fundamentalmente por las subas en servicios, muchos de ellos regulados, como las que se dieron en las tarifas de electricidad y gas, y el boleto del transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Caamaño aclaró que «es lógico que el IPIM converga más rápido al crawling peg» en comparación con el IPC ya que el primero toma en cuenta casi todos insumos comercializados con el exterior, mientras que el segundo incluye bienes y servicios «no transables».

En el mismo sentido, Menescaldi acotó que el IPIM mide «sólo una pequeña parte de los bienes y servicios que consumimos de manera regular, si uno lo quiere ver en relación a la inflación minorista».

Fuente: ÁMBITO

Por: Graciela Herrera

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