La violencia económica es la segunda reportada por las mujeres
El estudio parte de las conclusiones del conversatorio «Hablemos sobre violencia económica y patrimonial».
La violencia económica y patrimonial, escasamente estudiada y visibilizada, es la segunda más reportada que sufren las mujeres, solo por detrás de la psicológica, según las conclusiones del conversatorio «Hablemos sobre violencia económica y patrimonial», que se realizó hoy de manera virtual.
El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), junto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y con el acompañamiento del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y la Fundación AVON para las Mujeres, realizaron hoy un conversatorio virtual denominado «Hablemos sobre violencia económica y patrimonial», en el marco de los 16 días de Activismo contra la Violencia de Género.
El conversatorio, abierto al público en general, se realizó esta tarde con la moderación de Cecilia Bertolino y la exposición de María Eugenia Lagos, subdirectora general de Estadísticas Sociodemográficas en la Dirección General de Estadísticas y Censo del Gobierno de la Ciudad.
También expusieron Mariana Isasi, de Unfpa-Argentina; Natalia Gherardi, de ELA; Alejandra Martínez, presidenta de Micro Justicia Argentina; y Ana Inés Álvarez, de Fundación Avon Argentina.
Una de estas violencias, escasamente estudiada y visibilizada es la económica y patrimonial, que acorde a la encuesta que realizó la Dirección General de Estadística y Censos del GCBA en 2023, determinó que el 23,8% sufrió alguna situación de violencia económica o patrimonial en sus relaciones de pareja, siendo el segundo tipo de violencia más reportado, sólo por detrás de la violencia psicológica.
Las organizaciones realizaron, este año, entrevistas en profundidad con mujeres «cis género» mayores de 18 años en la Ciudad de Buenos Aires que declararon «haber sufrido algún episodio de violencia económica por parte de su pareja o expareja», señalaron desde la organización del evento.
Se aplicaron 15 entrevistas en profundidad a mujeres que declararon haber atravesado situaciones de violencia en las relaciones de pareja vinculadas con el uso y administración de los recursos económicos y patrimoniales.
Bertolino, periodista en Identidad Feminista, indicó que «alrededor del 90% de las mujeres que viven en pareja y tienen empleo cumple doble jornada laboral, ya que también tienen que cumplir con las tareas del hogar».
Martínez, presidenta de Micro Justicia Argentina, abogada, especialista en derecho de familiar y reconocida como Mujer Solidaria Avon 2017, dijo: «Venimos de patrones culturales que naturalizan que los hombres manejan el dinero, ante las denuncias es importante buscar patrocinio con perspectiva de género».
A su turno, Natalia Gherardi de ELA, reflexionó: «Las mujeres adultas mayores suelen no tener reconocimiento social y tampoco reconocimiento económico por lo que aportaron a la crianza».
A su vez, remarcó «el impacto negativo que tiene la incomprensión en instituciones públicas, sobre todo en el ámbito del Poder Judicial».
La violencia de género no se reduce solo a agresiones físicas o sexuales, hay detrás una serie de conductas violentas que muchas veces se pasan por alto, por desconocimiento, por invisibilización o simplemente porque la sociedad patriarcal enseñó que formaban parte de un vínculo como cualquier otro, agregó la organización del conversatorio.
Por su parte, Mariana Isasi enfatizó que «el trabajo del Ministerio de las Mujeres Género y Diversidades en la difusión de la Educación Sexual Integral (ESI) es uno de los principales caminos para hacer un cambio en nuestra sociedad y desde Unfpa venimos promocionándolo, también».
El cierre estuvo a cargo de Ana Inés Álvarez de Fundación Avon Argentina, quien en 2016 ingresó a la organización con el fin de promover acciones para erradicar la violencia en mujeres, niñas y adolescentes.
«Un gran desafío es seguir andando porque hay muchas organizaciones que se suman a las declaraciones en contra de las violencias de género, pero tener la norma no es suficiente, tienen que estar las conversaciones que sustenten el rol de pasar de lo declarativo a la acción», comentó.
«Como organizaciones se puede asumir un rol para ayudar a las mujeres a salir de las violencias económicas y seguir empoderando a más mujeres, porque todas las personas nos salvamos en comunidad, nadie se salva sola», enfatizó.
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