Plebiscito constitucional: Chile rechazó reformar su Carta Magna
Ese texto que se sometió a votación se considera más conservador y favorable al mercado que la Constitución actual. Esta nueva versión está centrada en los derechos de propiedad privada y las normas estrictas en torno a la inmigración y la seguridad.
Previo al relevo, Nicholas Watson, director general de la consultora Teneo, había dicho en un informe que, independientemente del resultado, existe la posibilidad de una mayor desilusión con el establishment político.
«Eso deja las causas de las protestas de 2019 en gran medida sin resolver, con todos los riesgos que eso implica aún latentes», opinó.
«Pero si bien una victoria por el ‘no’ daría un impulso a Boric, no sería transformador ya que aún así habría fracasado en uno de sus objetivos principales: reemplazar la Constitución de 1980», había apuntado.
Plebiscito constitucional en Chile: cuáles son los cambios que proponía la reforma
Aborto e igualdad de género
La interrupción voluntaria del embarazo es uno de los puntos más conflictivos de la nueva propuesta, que introduce un matiz con respecto de la Constitución vigente. El texto afirma que «la ley protege la vida de quien está por nacer», reemplazando por la palabra «quien» el «que» de la formulación original. Además, el texto nombra como «niño» a «todo ser humano menor de dieciocho años de edad» y habilita la «objeción de conciencia», un mecanismo que podría dificultar el acceso a la práctica.
El nuevo texto incluye lo que suele llamarse la paridad de entrada; es decir, la garantía a la presentación de igual cantidad de candidaturas de mujeres como de hombres. Sin embargo, no asegura la paridad de salida, que garantiza que también los puestos resultantes estén repartidos de manera equilibrada.
En un video en el que se pronunció ruidosamente «en contra» del nuevo texto, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, afirma: «Esta propuesta pone un límite a lo que muchas mujeres han impulsado por décadas, una verdadera protección estatal y un debate amplio sobre temas críticos tales como la igualdad salarial, los derechos reproductivos o la participación igualitaria. Debemos ir más allá, ampliando esos derechos, no limitándolos».
Migración
La propuesta de Constitución habilita la expulsión de los inmigrantes ilegales, cuando afirma que: «La ley establecerá los casos, procedimientos, formas y condiciones del egreso o expulsión en el menor tiempo posible, según corresponda, de aquellos extranjeros que hayan ingresado al territorio nacional de forma clandestina o por pasos no habilitados, así como de aquellos que hayan cumplido en Chile una pena de presidio efectivo por crímenes o simples delitos».
Vivienda
Sobre el acceso a la vivienda, el nuevo texto afirma la promoción de «acciones tendientes a la satisfacción progresiva de este derecho, con referencia de acceso a la vivienda propia», aunque introduce una novedad: por primera vez, se elimina el pago de impuestos y contribuciones sobre la vivienda. «El inmueble destinado a la vivienda principal del propietario, sea que la habite solo o con su familia, en su caso, estará exento de toda contribución e impuesto territorial».
Francisco Vidal, exministro de Defensa Nacional (2009-2010), aseguró que apenas un 23% de los chilenos de mayores ingresos están alcanzados actualmente por este impuesto. «Chile es un país muy segregado territorialmente por lo que las comunas se financian de forma solidaria. Quitar el impuesto a la vivienda significa desfinanciar al resto de las comunas», explicó a CNN.
Pueblos originarios
El texto propuesto para la nueva Constitución reconoce a los pueblos indígenas, y afirma que «respetará y promoverá sus derechos individuales y colectivos». También consagra la «interculturalidad como un valor de la diversidad étnica y cultural del país».
Sin embargo, aclara que los reconoce «como parte de la Nación chilena, que es una e indivisible», en referencia al conflicto mapuche en el sur del país y a las demandas de carácter nacional de esa comunidad. Además, a lo largo del texto hay una serie de menciones al terrorismo, al que declara «en cualquiera de sus formas (…) contrario a los derechos humanos y a la seguridad de la Nación», además de reconocer «especialmente a las víctimas de terrorismo».
Salud, educación y pensiones
Tanto en materia de salud, como de educación y pensiones, el nuevo texto no introduce mayores cambios al respecto de la Constitución vigente y sostiene un esquema mixto. Sus críticos afirman que así se «institucionaliza» un sistema de fuerte fragmentación social.
En el caso del sistema de salud, el mismo se divide en un sistema público —que abarca al 83% de la población— con grandes deficiencias y listas de espera de hasta dos millones de personas; y el sistema privado, de gran nivel pero en el que se atiende apenas un 17% de la población.
En el caso de la Educación, el esquema se repite, con apenas un 9% de la población accediendo al sistema privado, y un 91% relegado a un sistema público con muchos problemas. En relación con las pensiones y jubilaciones, se refuerza el sistema actual y queda descartada la posibilidad de un sistema de reparto.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Ámbito
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