Preocupante crecimiento del grooming en San Juan: 12 casos registrados en lo que va del año

En el contexto de un mundo cada vez más conectado, los juegos en línea y las redes sociales se han convertido en los principales escenarios de un delito que afecta a miles de menores: el grooming. En lo que va del 2024, San Juan ya ha registrado 12 casos de abuso infantil a través de internet, según datos de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Ciberdelitos y Estafas.

Este 13 de noviembre, Día Nacional de la Lucha Contra el Grooming, se recuerda la sanción de la Ley 26.904, que en 2013 incorporó el grooming como delito penal en Argentina. La ley establece penas de entre 6 meses y 4 años de prisión para quienes se valen de internet para manipular y abusar de menores. A pesar de los avances legislativos, el fenómeno sigue en aumento y preocupa tanto a las autoridades como a las familias, ya que los abusadores aprovechan la vulnerabilidad de los niños y adolescentes en plataformas digitales.

Cómo actúan los abusadores en línea

Según Pablo Martín, fiscal de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Ciberdelitos y Estafas de la provincia, los abusadores suelen actuar de manera sigilosa, estableciendo primero una relación de confianza con sus víctimas. A menudo, se hacen pasar por otros menores o adultos con intenciones aparentemente inofensivas. Una vez ganada la confianza de la víctima, comienzan a pedir fotos íntimas o incluso a realizar amenazas si la víctima se niega.

“Lo más alarmante es que los abusadores no se limitan a redes sociales como Facebook o Instagram. Cada vez más, los casos se están registrando en juegos en línea populares, donde los acosadores ofrecen regalos virtuales o créditos dentro de los juegos para atraer a los niños. Una vez logran el contacto, se trasladan a otras plataformas como WhatsApp o Telegram para seguir con su accionar”, explicó Martín.

El perfil de los agresores y las víctimas

El fiscal destacó que, si bien no existe un patrón claro en cuanto al perfil de los agresores, los casos ocurren en diferentes contextos sociales, sin importar la clase económica de la familia. “El grooming no distingue entre clases sociales. Tanto niños de familias de altos recursos como de bajos recursos pueden ser víctimas de este delito”, dijo Martín.

En cuanto a las víctimas, el grooming afecta especialmente a niños, niñas y adolescentes entre los 9 y los 16 años, una franja etaria vulnerable a este tipo de acoso. Además, según un informe de la ONG Grooming Argentina, 1 de cada 4 menores en el país ha recibido solicitudes para compartir imágenes íntimas o sexuales, lo que subraya la urgencia de una mayor protección y educación en torno a los riesgos digitales.

Un panorama preocupante: el rol de las plataformas y la falta de control

El aumento de casos de grooming en juegos en línea es preocupante, ya que los menores, en su mayoría, no están completamente conscientes de los riesgos que implican interactuar con extraños en internet. Plataformas como Roblox o Fortnite, muy populares entre los más jóvenes, se han convertido en caldo de cultivo para los abusadores, quienes buscan establecer contacto con los menores de forma sigilosa.

De acuerdo con estudios recientes, el 60% de los menores que tienen un celular propio pasan más de 4 horas diarias conectados a internet, lo que aumenta considerablemente el riesgo de ser expuestos a contenidos inapropiados o a intentos de contacto por parte de acosadores. En países como Argentina, Chile y Colombia, la situación es aún más alarmante, ya que muchos menores reciben propuestas de contenido sexual o de noviazgo a través de estas plataformas.

¿Dónde pedir ayuda?

Ante cualquier sospecha de grooming, las autoridades instan a los padres y tutores a estar alertas y a denunciar cualquier interacción sospechosa. En San Juan, se puede recurrir a la UFI de ANIVI (Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Complejos y Ciberdelitos) o contactar a organizaciones como Grooming Argentina, que brindan asesoramiento y acompañamiento a las víctimas y sus familias. También es importante educar a los menores sobre la privacidad en redes sociales y enseñarles a reconocer las señales de un posible abuso en línea.

El trabajo conjunto entre las familias, las instituciones educativas y las autoridades es esencial para garantizar la seguridad de los menores en el mundo digital.

POR LIC. EUGENIA VILA