“Se nos fue un buen hombre”: emotiva despedida al Papa Francisco en San Juan
Con lágrimas, oraciones y la consigna “hagan lío”, los fieles recordaron al pontífice como un símbolo de humildad y cercanía con el pueblo.
En la madrugada del sábado 26 de abril, la Catedral de San Juan fue escenario de una vigilia cargada de emoción y fe para despedir al Papa Francisco, fallecido el pasado lunes 21. Desde las 00 horas, decenas de sanjuaninos se congregaron con imágenes, carteles y flores, recordando al pontífice argentino con profunda tristeza y gratitud.
La ceremonia estuvo presidida por el arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano, quien celebró la misa en memoria del Sumo Pontífice. Durante la Eucaristía, se vivieron momentos de intensa emoción entre los presentes, muchos de los cuales no pudieron contener las lágrimas al recordar al Papa que marcó una etapa histórica en la Iglesia.
Entre los asistentes, Mónica, una fiel devota, lo recordó conmovida: “Me ha dado mucha tristeza, porque es un hombre especial, no hacía distinción con nadie. Me deja lo mejor y ruego a Dios que elijan un Papa parecido, con los mismos sentimientos y generosidad”. Además, destacó una de sus frases más emblemáticas: “Hagan lío”, como un llamado a los jóvenes a comprometerse con la fe y no quedarse quietos.
Por su parte, Juan Medone, otro de los fieles presentes, expresó: “Se fue en paz, estaba sufriendo mucho. Fue el Papa más popular de la historia. Muy humilde, que tomó para sí todas las enseñanzas de San Francisco de Asís”. En sus palabras, resumió el sentir de muchos: “Se nos fue un buen hombre”.
Alejandra, otra de las asistentes, aseguró que en Francisco veía a Jesús en la Tierra. “Por su humildad y cercanía, fue como tener a Jesús entre nosotros”, afirmó. Gabriela, también presente, coincidió con ese sentimiento y dijo que su muerte fue una noticia profundamente triste para su familia.
La vigilia, sencilla pero sentida, mostró el cariño inmenso que los sanjuaninos le tenían a Francisco, el primer Papa argentino y latinoamericano, que con su estilo directo, cálido y pastoral dejó una huella imborrable en la Iglesia y en millones de personas alrededor del mundo.
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