En la antesala de la celebración de Año Nuevo, el comercio en San Juan experimentó una marcada disminución en su actividad, con un 90% de los establecimientos optando por mantener sus puertas cerradas y brindar un día de descanso a sus empleados.
El microcentro de la ciudad mostró un paisaje desolador en la víspera de Año Nuevo, en marcado contraste con la efervescencia comercial que caracterizó la previa de Nochebuena. De un total de 14 locales ubicados en una cuadra de la peatonal sanjuanina, tan solo 2 decidieron operar, enfocados principalmente en el rubro de indumentaria. Esta tendencia se alinea con la sugerencia de la Cámara de Comercio de San Juan, que instó a una apertura al mediodía, pero fue desestimada por la abrumadora mayoría de los comerciantes.
Los negocios que abrieron sus puertas estaban mayormente vinculados a la indumentaria, regalería, confitería y supermercados, estos últimos manteniendo su funcionamiento habitual los domingos. Sin embargo, la limitada disponibilidad de opciones comerciales dejó a los transeúntes con escasas alternativas para realizar compras o acceder a servicios en esta jornada festiva.
Esta tendencia de cierre generalizado durante la víspera de Año Nuevo refleja la preferencia de los comerciantes por permitir que sus empleados disfruten de este día especial en compañía de sus seres queridos. No obstante, también significa una oportunidad perdida para aquellos que buscaban realizar compras de último momento o aprovechar las ofertas y descuentos característicos de esta época, resaltando la dualidad entre la importancia del descanso para los trabajadores y las oportunidades comerciales desaprovechadas para los consumidores.
Los comentarios están cerrados.