La amenaza natural que puso en emergencia a Islandia
Desde el fin de semana se detectaron unos 800 temblores de tierra. Investigan si se trata de algunos volcanes activos en la zona.
Islandia vive un «enjambre sísmico» que puso al país en «estado de emergencia«. El país insular nórdico europeo tiene apenas 375.000 habitantes. Pero el terreno, plagado de volcanes, géiseres, termas y campos de lava le dan un atractivo especial para el turismo.
Sin embargo, ahora, es como si la propia naturaleza se volviera contra quienes se animaron a vivir en esa geografía y convirtieron a Islandia en uno de mejores países del mundo: desde el fin de semana se detectaron unos 800 temblores de tierra, apenas a unos tres kilómetros al norte de Grindavík, ciudad costera en el sudoeste de Islandia, con 4.000 habitantes pero a solo 50 kilómetros de la capital Reikiavik.
Las autoridades han comprobado que los movimientos de tierra pueden presagiar un terremoto de mayores proporciones. Sobre todo, porque esos movimientos se han dado porque algunos de los volcanes fineses que están en actividad se han manifestado.
«En este momento, no es posible determinar con exactitud si el magma podría llegar a la superficie y dónde», informó el servicio meteorológico de Islandia. Algunos de los volcanes están tan próximos que comprometen incluso a la propia localidad de Grindavik.
Allí cerca está el volcán Fagradalsfjall y los registros del fin de semana han sido superiores a otros, por lo que se decidió dar la voz de alerta.
El servicio meteorológico de Islandia informó sobre 500 terremotos en la región entre en viernes y el sábado. Este país tiene 33 volcanes activos, el mayor número de Europa.
Islandia, sobre una falla entre Europa y América
La isla está ubicada sobre falla dorsal «mesoatlántica» (en mitad del Atlántico»). Es una grieta en el fondo oceánico que separa las placas tectónicas euroasiática y América del norte. Está siempre en constante movimiento. Por eso, en la superficie del país aparecen unas grietas o depresiones. Como la que se ve en la siguiente imagen, de 15 kilómetros de largo, ubicada en un campo de golf en Grindavik.
Un grieta apareció en un campo de golf en Grindavík, de 15 km. de extensión. (Foto: Gentileza El País).
Estos movimientos de la tierra han obligado a cerrar el acceso al balneario geotérmico Blue Lagoon, popular destino turístico que cerró por precaución. Mayor peligro encierra aún que está muy cerca de allí la central geotérmica de Svartsengi, principal proveedor de electricidad y agua a los 30.000 habitantes de la península de Reykjanes.
La ciudad de Grindavik. Son 4.000 habitantes amenazados por un volcán (Foto: gentileza Report AZ).
800 años de tensión acumulada
Los expertos dicen que este «enjambre de sismos» obedece a desplazamientos submarinos acumulados durante 8 siglos y que se manifiestan. Es por eso el estado de emergencia para el país. El epicentro de los terremotos varía, tienden a concentrarse sobre Grindavík.
Durante el fin de semana, los sismos se volvieron a mover concentrándose al sur de Grindavík, tan al sur que de abrirse la tierra en ese sitio podría darse una peligrosa erupción submarina. En los últimos cuatro días, los eventos sísmicos fueron «aflorando». Los primeros fueron a casi 4 kilómetros de profundidad, pero los últimos ya se registraron a 800 metros de la superficie. En cuanto a la profundidad, los temblores empezaron produciéndose a más de cinco kilómetros.
Pero no se sabe exactamente qué puede suceder si finalmente aflora la lava de uno o más volcanes. El terreno de Islandia, es, en cierto punto, una ventaja para los pobladores y sus ciudades.
El volcán que amenaza la zona suroeste de Islandia, próxima a la capital (Foto: gentileza 20 minutos).
Una Isla volcánica pero sin grandes «conos»
Finlandia está llena de volcanes, pero lo que está en la superficie son sus cráteres. No tienen las montañas con sus laderas que producen mayor peligro. Primero, por la altura a la que puede llegar la lava y la ceniza volcánica y segundo, por el daño que causa la lava a bajar por las laderas.
En Islandia, esta estructura, en parte, alimenta a los géiseres sobre los cuales se desarrollaron los «baños termales» que tanto atraen a los turistas.
Ahora, los sismólogos creen aún no es necesaria a evacuación de la ciudad de Gríndavik, pero sí de algunas aldeas cercanas. En caso de erupción hay un riesgo debido a las emanaciones tóxicas, en particular de dióxido de azufre. A escala global, el mayor riesgo provendría de la columna de cenizas eyectadas. En el año 2010, una explosión volcánica complicó la navegación aérea durante meses.
Pero ahora están en situación de emergencia. Evaluando las chances reales del riesgo para la población.
Fuente: A24
Por: Graciela Herrera
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