La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este martes un proyecto que prolonga el presupuesto federal, con la idea de evitar así una parálisis de los servicios públicos dentro de tres días, iniciativa que ahora pasa al Senado.
El texto, respaldado por 336 congresistas demócratas y republicanos, debe ser adoptado por el Senado antes de la medianoche del viernes para evitar esta amenaza de consecuencias devastadoras.
Si no se logra prolongar el presupuesto antes de esa fecha, 1,5 millones de funcionarios públicos no cobrarán su salario y pasarán a desempleo técnico hasta que la situación se normalice, el tráfico aéreo se verá perturbado y los parques nacionales cerrarán sus puertas.
Los legisladores tienen el desafío de evitar este cierre de servicios, el llamado «shutdown», muy impopular sobre todo antes del día de Acción de Gracias, que se celebra la semana próxima.
La situación se asemeja a una idéntica que el país vivió hace dos meses, cuando se evitó casi in extremis.
El Congreso está tan dividido a un año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos que los legisladores evitan votar presupuestos anuales como ocurre en la mayoría de los países del mundo y avanzan por períodos de uno o dos meses.
Normalmente el Congreso alcanza acuerdos de último minuto y la parálisis se evita. La última vez que existió un riesgo de «shutdown» fue a fines de septiembre.
Congresistas afines al exmandatario republicano Donald Trump destituyeron entonces al presidente de la Cámara de Representantes -donde son mayoría-, Kevin Mac Carthy, por haber alcanzado un acuerdo con los demócratas, en una decisión sin precedentes en la historia de Estados Unidos.
Esta vez, el acuerdo sobre la mesa propone prorrogar el presupuesto en dos plazos: una parte hasta mediados de enero y la otra hasta principios de febrero, reseñaron las agencias AFP y Sputnik.
La propuesta fue presentada por el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, un desconocido para la opinión pública y con poca experiencia en las altas esferas republicanas. Él mismo admitió este martes que se está “adaptando” al cargo.
Igual que a Mac Carthy, le toca negociar con un puñado de legisladores cercanos a Donald Trump, partidarios de una ortodoxia presupuestaria muy estricta, y con los demócratas, que se niegan a que la política económica del país sea dictada por seguidores del expresidente.
El texto aprobado tuvo 95 votos en contra y otorgará fondos al Gobierno federal en dos fechas, 19 de enero y 2 de febrero, con el objetivo de evitar tener que aprobar lo que se conoce como ley de gastos «ómnibus» durante la temporada festiva.
Buena parte de las agencias federales del Gobierno se financian a través de leyes que establecen la asignación de recursos.
Si estas leyes no se aprueban antes del inicio del año fiscal, que comienza cada 1 de octubre, estas entidades deben cerrar total o parcialmente, en especial aquellas agencias que no prestan servicios esenciales.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Télam
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