Las consecuencias del “Estado fuerte” en Uruguay: 22% de los niños viven por debajo de la línea de la pobreza

El Mundo

El problema de la pobreza infantil no es nuevo en Uruguay, y golpea a todo el sistema político, desde el izquierdista Frente Amplio hasta el Partido Nacional, y mucho menos al Partido Colorado; ninguno ha encontrado caminos que logren al menos reducir esta gran dificultad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó los datos de pobreza en Uruguay medida por nivel de ingreso, correspondientes al año 2023, donde se confirma que el número de personas, la pobreza alcanza al 10,1%, y entre niños, este número aumenta hasta el 22%.

Lo que sorprende es que estos números sean defendidos por el presidente Lacalle Pou en sus recientes declaraciones en la cena anual de la Fundación Libertad, donde quiso imponer su «liberalismo a la uruguaya«, donde el Estado «debe ser fuerte» para supuestamente «sacar a las personas de la pobreza«.

«La libertad no se puede gozar si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a la salud o no se estudia. Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad«, dijo insólitamente en su discurso.

Según el informe, el 50% de los niños que nacen lo hacen bajo la línea de pobreza; el 22% de los niños tienen necesidades básicas insatisfechas. Un dato lapidario que debiera no dejar dormir al gobierno de, que en lugar de ocuparse por resolver la terrible realidad que atraviesa su país, prefiere pasearse y hacer vedetismo y farándula en la Argentina y el mundo, imitando a su colega, José Mujica, que prefería el glamour de los medios internacionales a gobernar.

La pobreza en general sigue creciendo; el 10,4% actual ya supera los valores previos a la pandemia. La pobreza entre menores de 6 años es 11,6 veces mayor que la de los adultos mayores de 65, una disparidad que refleja una tendencia.

Uruguay es un país completamente estancado económicamente, con un estado con un peso gigantesco sobre la economía. En Uruguay, el Estado maneja los combustibles, la mayor parte de la electricidad, la mayor parte de la telefonía, la obra pública y privada, el mercado laboral, la educación, la salud. Uruguay es un país que no tiene nada de liberal en lo económico, y las consecuencias están a la vista: la economía no crece, solo un 0,4% en todo el año 2023, y las expectativas no mejoran.

Tan es así que en las escuelas públicas de Uruguay, donde según el Presidente uruguayo, el Estado se encuentra muy presente, los niños almuerzan ensaladas con una cantidad ínfima de vegetales y no los dejan repetir.

Lo que queda claro es que nadie se anima a hacer reformas que liberen la economía y permitan que ésta crezca en Uruguay. Simplemente eligen mantener el país como está, en pos de beneficiar a ciertos intereses corporativos, para beneficiar a la casta prebendaria Uruguaya.

No hay mucha vuelta que darle: el gobierno de Lacalle Pou eligió tomar una postura de respuesta y no de propuesta ante los problemas que atraviesa Uruguay. No propuso desregular el mercado laboral, desregular los combustibles o bajar el gasto público para reducir el peso del estado sobre la economía, nada de eso.

Simplemente eligió hacer la vista gorda ante los problemas y patear la pelota para adelante. En consecuencia de ello, quien lo suceda en el gobierno en el año entrante deberá afrontar estos problemas que el mandato de Lacalle ignoró. Pero el panorama es desolador, ningún actual precandidato propone medidas de este estilo, ni semejantes; todos buscan mantener el Estado gigante que caracteriza al Uruguay desde el año 1900.

Por: Rodo Galdeano

Fuente: Derecha Diario

Los comentarios están cerrados.